Salud

EsSalud alerta sobre los cuidados que se deben tener en la alimentación de pacientes con enfermedades crónicas

Los buenos hábitos durante la compra, el aseo, el almacenamiento y la preparación de los alimentos nos garantiza la calidad de lo que consumen los pacientes con enfermedades crónicas no trasmisibles. Por ello, el Seguro Social de Salud (EsSalud) brindó algunas recomendaciones para cuidar a las personas más vulnerables.

Por ejemplo, en el caso de los que padecen hipertensión alta, obesidad o asma, no se debe consumir alimentos envasados ya que contienen alta concentración de sodio, factor que predispone a la elevación de la presión. Se siguiere reemplazar los azucares y harinas por frutas y verduras.

El cuidado para la calidad y buena alimentación de pacientes con enfermedades crónicas no trasmisibles, se inicia desde la correcta selección de los productos alimenticios. La Lic. Elizabeth Gonzales Molina, bromatóloga y nutricionista del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, nos amplía estas recomendaciones:

Para una buena compra

Se debe verificar la fecha de vencimiento y de producción, que deben estar claras y legibles. Luego, observar minuciosamente las condiciones del empaque o envase, que no tengan deterioros, y algo que no se nos debe olvidar es verificar la etiqueta nutricional (octágonos y registro sanitario), para conocer la cantidad de calorías, carbohidratos, grasas, fibra, proteínas y vitaminas que contiene lo adquirido.

En el caso de las compras de las verduras y frutas, considerar la dureza, firmes al tacto, la textura, el color y que cumplan con las especificaciones del producto.

Para adquirir los lácteos o embutidos, también verificar las fechas de vencimiento, producción y el registro sanitario. Para los embutidos, se debe verificar que los empaques estén bien sellados, verificando que contenga el líquido que bordea el producto, líquido de gobierno, que lo protege en su empaque original.

Limpieza de los alimentos:

Para disminuir cualquier riesgo de enfermar o agudizar los cuadros de los pacientes crónicos, es necesario la buena higiene. En el caso de los vegetales, como la lechuga, las espinacas, el apio, etc., es necesario usar bastante agua y hacer el lavado hoja por hoja para garantizar el retiro de cualquier partícula ajena al alimento.

Para el caso de las frutas de textura y superficie liza o blanda, se hará con abundante agua y de manera manual, pero en las que tiene textura variada (piña, pitahaya, etc.) se puede usar escobillas suaves o esponjas que ayuden a sacar cualquier rastro químico, residuo o impureza de las grietas y superficies.

La higiene del área de la cocina:

Aquí la higiene debe ser continua en toda el área de cocina. Limpiar la superficie impregnada con un paño húmedo y luego desinfectar con lejía y desengrasante, para garantizar que el área siempre este limpia. Así evitaremos plagas.

Los productos se deben distribuir dentro de los espacios establecidos en el área de la cocina, donde tendremos primero en consideración la ubicación de los productos secos, embazados y enlatados, (arroz, azúcar, aceite, fideos, atún, etc.) en la alacena, espacio por lo general accesible pero no húmedo.

Cuando se compren productos a granel como arroz, avena o menestras, se corre el riesgo de la proliferación de gorgojos o polillas. Por ello debemos colocar los alimentos en táper herméticos (sellados), para que no ingrese la humedad del ambiente.

En el caso de los productos como verduras y frutas, estas se ubican en la parte inferior de la refrigeradora, teniendo en cuenta un correcto empaque, sea en bolsas o táper, que contribuyan la preservación de estos frutos, tanto en su calidad y presentación.

En la parte superior, antes de la nevera, se ubican los productos ya terminados, como gelatinas, postres, queques, ente otros, pero siempre considerando tener el adecuado empaque para mantener la calidad de los alimentos.

Las carnes y productos congelados se guardan en la nevera, donde se generan los hielos en cubos. La especialista recomienda guardar en este espacio las carnes (pollo, pescados, carnes, etc.), pero que previamente hayan sido lavados y trozados para garantizar el buen estado.

Si se cumplen todas las consideraciones detalladas para la compra, el guardado, almacenamiento y la higiene del producto, podemos a brindarle una alimentación no solo saludable sino también segura a todos pacientes en casa, y a toda la familia.