Lima, octubre de 2025.- Durante una visita oficial a Tayikistán, el presidente Vladimir Putin admitió que dos misiles rusos detonaron en las cercanías del avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló en diciembre de 2024, en Aktau, Kazajistán. El siniestro, que dejó 38 fallecidos, había sido atribuido inicialmente a una falla técnica, pero nuevas declaraciones del mandatario cambiaron el rumbo de la investigación.
Putin explicó que ese día el ejército ruso detectó tres drones ucranianos que habían cruzado la frontera. En respuesta, se dispararon misiles antiaéreos que terminaron explotando a pocos metros del avión civil. Según el presidente, los restos del armamento —y no el impacto directo— habrían sido los que provocaron el accidente.
“No fue un ataque deliberado. Lamentamos profundamente esta tragedia”, expresó Putin ante la prensa, al tiempo que ofreció disculpas públicas y condolencias a los familiares. También aseguró que Rusia colaborará plenamente con las investigaciones y brindará compensaciones a los afectados.
El mandatario ruso mantuvo una reunión con el presidente azerí Ilham Aliyev, donde ambos coincidieron en la importancia de un informe conjunto e imparcial que aclare lo ocurrido. Aunque Putin señaló la incursión de drones ucranianos como detonante de la respuesta militar, admitió la responsabilidad parcial de Rusia al reconocer que los misiles explotaron “fuera de los parámetros controlados”.
El reconocimiento marca un cambio relevante en la postura del Kremlin, que hasta ahora había negado cualquier implicación. Expertos internacionales consideran que este gesto podría abrir la puerta a una mayor cooperación entre Moscú y Bakú, así como a un posible ajuste en los protocolos de defensa aérea para evitar tragedias similares.
Con información de Infobae y DW.