Negocios sostenibles: ocho tendencias en el panorama empresarial global
Aunque el 90% de los ejecutivos consideran la sostenibilidad una prioridad, solo el 60% de las empresas cuentan con una estrategia concreta en este ámbito. La sostenibilidad es una necesidad ineludible, y su construcción depende de múltiples factores y actores, desde los hogares y las escuelas hasta las universidades, instituciones y empresas.
Para Oscar Mas, Global Speaker de Continental University of Florida, la clave está en crear sociedades más educadas y conscientes del impacto de la producción, fabricación, los materiales utilizados y el consumo. La sostenibilidad debe ser completamente circular, abarcando desde la concepción del modelo de negocio hasta su ejecución. “Adoptar la sostenibilidad en su sentido más amplio ofrece beneficios significativos, como la reducción de costos, la mejora de la reputación y la atracción de inversiones”, comentó.
Las empresas que lideran en sostenibilidad están mejor preparadas para enfrentar los desafíos futuros y aprovechar las oportunidades emergentes. Por ello, el experto señala a continuación las ocho tendencias en el panorama empresarial global:
1. Economía circular: centrada en eliminar el desperdicio y la contaminación, al mantener productos y materiales en uso, y regenerar sistemas naturales. Las empresas están rediseñando productos para ser reutilizables, recuperables y reciclables. Se están adoptando modelos de negocio basados en servicios en lugar de propiedad, como alquiler o leasing.
2. Energías renovables: la transición hacia fuentes de energías renovables e inclusive inagotables, como la solar, la eólica, la nuclear e hidroeléctrica, son prioritarias para reducir las emisiones de carbono. A nivel mundial se están haciendo inversiones, investigación y desarrollo, como por ejemplo en Francia, donde varios países están contribuyendo a la construcción de un sistema basado en la fusión nuclear para generar un sol en la tierra (energía inagotable). A largo plazo, el uso de energías renovables puede reducir costos operativos y mejorar la estabilidad financiera.
3. Cero emisiones netas: implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y equilibrar las emisiones restantes con métodos de eliminación de carbono. Muchas empresas están estableciendo objetivos de cero emisiones netas para el 2050.
Inversión en tecnologías avanzadas para capturar y almacenar carbono.
4. Reporte de sostenibilidad y transparencia: se adoptan prácticas de reporte de sostenibilidad para mejorar la transparencia y la responsabilidad ante los diversos grupos de interés. Adopción de estándares como los del Global Reporting Initiative (GRI) y Sustainability Accounting Standards Board (SASB). Evaluación y divulgación de impactos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
5. Inversiones sostenibles: conocida como inversión ESG (Environmental, Social, Governance) está ganando terreno en los mercados financieros. Las empresas con buenos indicadores ESG son más atractivas para los inversionistas. Existe mayor presión de los accionistas para que las empresas adopten prácticas sostenibles.
6. Gestión de la cadena de suministro sostenible: integrar prácticas sostenibles en toda la cadena de suministro para reducir el impacto ambiental y social. Mayor énfasis en auditorías y certificaciones de sostenibilidad para proveedores. Implementación de sistemas para mejorar la transparencia y trazabilidad de los productos.
7. Economía baja en carbono: reducción de la dependencia de combustibles fósiles y adopción de tecnologías bajas en carbono. Transición hacia la electrificación de procesos industriales y transporte. Inversión en tecnologías limpias y bajas en carbono.
8. Consumo responsable y producción sostenible: fomentar el consumo responsable y la producción sostenible para reducir el impacto ambiental y social. Uso de etiquetado y certificaciones que garantizan prácticas sostenibles. Programas para educar a los consumidores sobre la importancia del consumo responsable.
9. Inclusión y diversidad: fomentar la inclusión y diversidad en el lugar de trabajo como parte integral de la sostenibilidad social. Implementación de políticas y prácticas para promover la diversidad e inclusión. Medición del impacto social de las prácticas empresariales.
10. Economía de impacto: iniciativas empresariales que buscan generar un impacto social y ambiental positivo, además de beneficios económicos. Adopción de modelos de negocio como las empresas B, que cumplen con altos estándares de desempeño social y ambiental.
Desarrollo de métricas para medir y comunicar el impacto social y ambiental.
El experto explica que, si bien adoptar prácticas sostenibles presenta numerosos desafíos, las empresas que logran superarlos pueden beneficiarse significativamente en términos de reputación, eficiencia operativa, y satisfacción de los stakeholders. “Es crucial que las empresas desarrollen estrategias bien planificadas, inviertan en capacitación y educación, y se mantengan flexibles y adaptables ante las cambiantes demandas del mercado y las regulaciones. La sostenibilidad no solo es una responsabilidad social, sino también una oportunidad para innovar y liderar en un mercado global cada vez más consciente de su impacto ambiental y social”, concluyó Óscar Mas.