Dientes chuecos en niños: ¿Cómo prevenirlos y tratarlos?
El alineamiento anormal de los dientes inferiores y superiores es un problema frecuente en la infancia. Entre más rápido se diagnostique, mayores posibilidades de evitar complicaciones en el desarrollo de las piezas dentarias y maxilares. A partir de los 3 años, el niño debe ir a un control odontológico para ser evaluado y descartar la maloclusión dental.
Si en caso se detectara algún signo de maloclusión, al paciente se le tendrá que realizar un examen clínico más detallado, solicitándole radiografías, fotos intraorales y extra orales, análisis específicos y modelos de estudio. Estos permiten al especialista decidir a qué edad debe iniciar el tratamiento de ortodoncia interceptiva y/o preventiva, en caso de necesitarlo, explica la doctora Claudia Paredes odontóloga pediátrica de la Clínica Ricardo Palma.
La ortodoncia interceptiva y/o preventiva se efectúa en niños para guiar o corregir el mal alineamiento de los dientes y crecimiento de los maxilares. El objetivo es tratar los problemas de maloclusión a una edad temprana, antes de que el crecimiento sea completo y el problema se agrave; además de evitar que el paciente requiera un tratamiento futuro más complejo, largo y costoso.
¿CÓMO SABER SI MI HIJO TIENE ESTE PROBLEMA?
Si su hijo tiene 3 años o más y presenta hábitos como succión digital y/o labial, usa chupón por mucho tiempo, su maxilar superior tiene un crecimiento excesivo, muerde al revés o sus dientes están muy pegados o desalineados, llévelo a un odontopediatra para descartar cualquier tipo de maloclusión.
Los tratamientos varían dependiendo de cada paciente. La falta de espacio para el alineamiento de los dientes es el problema más común. Para corregirlo, el protocolo consiste en desgastes dentarios, uso de aparatos removibles o fijos (que sirven para ganar o recuperar espacios) y extracciones dentales. En el caso de problemas óseos, se puede hacer uso de aparatos fijos o removibles funcionales para corregir la mala posición de los maxilares o estimular su crecimiento.
Los principales beneficios de tratar la maloclusión en forma temprana son: contribuye con la estética del paciente, se eliminan hábitos orales nocivos, facilita la correcta erupción de los dientes permanentes, mejora el patrón de crecimiento y reduce el tiempo de tratamiento, generando un menor costo y desgaste emocional para el paciente.
Acostumbre a su hijo a ir al odontólogo pediatra desde pequeño. Así podrá tratar en forma precoz cualquier problema de salud oral.