Trastornos del sueño en niños: síntomas más comunes y opciones de tratamiento
Lima, septiembre de 2025.- El sueño en la infancia es esencial para el crecimiento, el aprendizaje y el desarrollo integral. Sin embargo, diversos factores pueden alterarlo, como la inmadurez neurológica, malos hábitos, ansiedad, problemas respiratorios, apnea del sueño o condiciones médicas como asma, alergias y reflujo gastroesofágico, explica la doctora Wendy López, neumóloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma.
Los síntomas de alerta incluyen ronquidos intensos, pausas al respirar, despertares frecuentes, pesadillas, terrores nocturnos, somnolencia excesiva durante el día, irritabilidad, hiperactividad, problemas de concentración en el colegio, dolor de cabeza matutino y cansancio persistente. Estas señales reflejan la posible presencia de un trastorno del sueño que, de no tratarse, puede impactar seriamente la calidad de vida del niño y su familia.
Trastornos del sueño más frecuentes en la infancia
- Insomnio infantil: dificultad para conciliar o mantener el sueño, asociado a rutinas inadecuadas o ansiedad.
- Apnea obstructiva del sueño: pausas respiratorias durante la noche, generalmente vinculadas al crecimiento de adenoides o amígdalas.
- Parasomnias: conductas anormales durante el sueño como sonambulismo, terrores nocturnos o hablar dormido.
- Síndrome de piernas inquietas: necesidad de mover las piernas al acostarse, retrasando el inicio del sueño.
- Narcolepsia: episodios de somnolencia excesiva y sueño repentino, poco común en la población infantil.
Diagnóstico y tratamiento
El proceso diagnóstico inicia con la historia clínica y la información proporcionada por los padres. En algunos casos, se requiere una polisomnografía, estudio especializado que mide la calidad del sueño y detecta alteraciones respiratorias o neurológicas.
El tratamiento varía según el origen del trastorno. Medidas simples como establecer horarios regulares, reducir el uso de pantallas antes de dormir y acondicionar un ambiente adecuado de descanso pueden marcar la diferencia. También se emplean tratamientos médicos (en apnea, alergias o reflujo), terapias conductuales (para insomnio y parasomnias) o intervenciones quirúrgicas (ante hipertrofia de adenoides o amígdalas).
La doctora López advierte que no tratar estos problemas a tiempo puede afectar el desarrollo físico, emocional y cognitivo. Dormir mal en la niñez puede ocasionar retraso en el crecimiento, dificultades de aprendizaje, cambios de conducta, bajo rendimiento escolar y, en casos de apnea, complicaciones cardiovasculares a largo plazo.
“El sueño infantil no es solo descanso: es salud. Cuando un niño duerme bien, crece, aprende y regula sus emociones. No se deben normalizar los ronquidos ni los despertares frecuentes. Consultar oportunamente con un especialista puede marcar la diferencia en la vida del pequeño y de toda la familia”, enfatizó la especialista.