Opinión

Cristiana, soltera y más de 30

Por: Priscila Rivera *

¿Tener más de treinta años y no estar casada aún, dentro de un ambiente cristiano y/o religioso, es un problema?

Quisiera abordar esta respuesta desde mi experiencia personal, nací y crecí en una familia cristiana, toda mi niñez está rodeada de recuerdos de iglesia, cultos, oraciones, campañas, visitas a hospitales, visitas a la cárcel, y diferentes actividades que siempre tuvieron una relación directa con ser parte activa de una organización cristiana.

En algún momento de mi vida pensé que me casaría terminando la universidad, máximo a los 25 años, sin embargo, cuando cumplí 25 años, si bien tuve un pretendiente justo a esa edad, fue tan fugaz su interés en mí, que en menos de dos meses me encontraba nuevamente sin la más pálida perspectiva de tener un novio y mucho menos una propuesta de matrimonio, por lo tanto mi expectativa de casarme a esa edad se encontraba fuera de mi realidad.

Dentro de la iglesia, formar una familia es un tema de vital importancia, la cultura eclesiástica  promueve el matrimonio y de hecho lo hacen bíblicamente, sin embargo, ¿qué sucede cuando una mujer soltera, dentro de la iglesia, pasa cierta edad y aún no se casa? Quizás es el inicio de un juicio silencioso y estridente  hacia estas mujeres, yo soy una de ellas.

¿A qué me refiero con un “juicio” silencioso y estridente? A las múltiples opiniones o juicios de valor que buscan encontrar la razón principal por la cual una mujer con más de treinta años aún no ha formado una familia, opiniones que no se atreven a decirte de frente, pero si se comentan en los círculos sociales de la iglesia. Para el corazón de una mujer soltera estas opiniones pueden llegar a parecer un ruido estridente, que resuena dentro de ella, que la hacen cuestionarse ¿Habrá algo mal conmigo? ¿Soy suficientemente bonita? ¿Yo tengo la culpa de seguir soltera? ¿Dios tendrá un plan en mi vida?

Algunas personas creyentes podrían considerar la soltería de una mujer después de los 30 años, como un problema que necesita una solución; en este punto me voy ahorrar mi opinión de chica empoderada, independiente y “prittytusnais”, y me voy a ir directamente a la palabra de Dios.

El primer argumento a cuestionar es creer que la meta principal de una mujer dentro de la iglesia es ser esposa y madre, ¿esto es bíblicamente correcto? En la biblia, en el libro de Filipenses capítulo 3,  el autor describe cuál es la meta de una persona cristiana más allá de su estado civil, de hecho en ninguna parte habla del matrimonio, de lo que realmente habla es de “ser hallados en Cristo”, de parecernos a Cristo, tanto en su PODER, PADECIMIENTOS Y SU RESURRECCION, termina este capítulo diciendo que “nuestra ciudadanía está en los cielos”. Es decir, la meta de una cristiana es parecerse a Cristo y apropiarse del regalo de la salvación, con la plena certeza que su paso por la tierra es temporal, y el mayor anhelo de un corazón en Cristo debe ser eterno.

El segundo argumento erróneo es afirmar que una mujer soltera debe esperar a estar casada para que Dios cumpla un propósito especial en su vida, en este sentido la biblia es enfática en contradecir esta posición, en 1 Corintios capítulo 7 verso 34 “Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.” Este pasaje claramente afirma que una mujer soltera cristiana ocupa su tiempo principalmente en tener cuidado de las cosas de Dios, y una mujer casada ocupa el mismo tiempo en agradar a su esposo. El tiempo se usa en formas diferentes, sin embargo, tanto la mujer soltera como la mujer casada deben estar conscientes que todo lo que hagan debe traer gloria a Dios.

El tercer argumento equivocado es creer que una mujer necesita estar casada para sentirse plena, en este caso la biblia nos recuerda en Colosenses capítulo 2 verso 10 “y vosotros estáis completos en él…” refiriéndose a estar completos en Cristo. Este punto quizás es el más neurálgico para una mujer soltera, ya que en muchas ocasiones se siente sola y quisiera sentirse amada, admirada o apreciada por un esposo.

Siendo sincera, en este último punto se encuentra mi mayor desafío, debido a que surge esta pregunta interna, mientras voy en el auto o paso tiempo a solas ¿puedo realmente estando soltera descansar plenamente en el amor y cuidado de Cristo? Y tengo que confesar que en ocasiones mi respuesta es “No, no puedo sentirme plena”, se llena mi mente de pensamientos negativos, de inseguridades, a veces mi corazón está en una montaña rusa emocional, y se me hace difícil o casi imposible sentirme plena en Cristo.

La voz más fuerte que retumba dentro de mí misma es mi propia voz, más allá de las opiniones o juicios de valor de los demás, cada vez que me siento sola o no apreciada, siempre acudo a la palabra de Dios, sé que Dios no espera que yo sea perfecta, pero si espera que yo acuda a Él para pedir ayuda, Hebreos capítulo 4 verso 16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

La única premisa para realmente descansar en Dios mi futuro, es conocer a Dios en mi presente, Él debe ser parte de mí caminar diario. La mejor manera que he encontrado para hacerlo es a través de la lectura de la biblia todos los días, encuentro vida, fortaleza y promesas. Es en mi tiempo de comunión con Dios donde siempre encuentro gracia, misericordia y nuevas fuerzas.

¿Estar soltera es un problema? La respuesta es No.

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