Verano y dermatitis de contacto: causas, riesgos y cómo prevenirla

SM dermatitis

Lima, diciembre de 2025.- La temporada de verano incrementa la exposición a factores ambientales que irritan la piel y elevan los casos de dermatitis de contacto, una de las consultas dermatológicas más frecuentes durante los meses de calor. La combinación de altas temperaturas, mayor humedad, uso intensivo de productos tópicos y exposición prolongada al sol favorece la aparición de brotes en personas con piel sensible, antecedentes alérgicos o condiciones cutáneas preexistentes.

Durante este periodo, los especialistas reportan un aumento sostenido de atenciones por irritaciones, inflamación y reacciones alérgicas generadas por sustancias que, en otras estaciones, pasan desapercibidas. Según explica el Dr. Antonio Arnaldo Paredes Arcos, dermatólogo de la Clínica Stella Maris, la piel se vuelve más vulnerable debido a los cambios fisiológicos propios del verano. “El calor dilata los poros, la sudoración aumenta y cualquier sustancia irritante tiene mayor capacidad de penetración”, señala. Esto facilita que componentes químicos, metales, plantas irritantes o incluso la fricción diaria activen respuestas inflamatorias.

Principales causas de dermatitis en verano

Uno de los detonantes más frecuentes es el uso de productos tópicos, como protectores solares, repelentes, cremas corporales y maquillaje. Muchos contienen conservantes, fragancias o filtros químicos que pueden actuar como irritantes o alérgenos. Además, las personas tienden a reaplicar estos productos con mayor frecuencia durante el verano, lo que incrementa la probabilidad de incompatibilidades entre diferentes fórmulas.

El cloro y los agentes químicos de las piscinas también representan una causa recurrente. La exposición repetida reseca la piel y altera la barrera cutánea, lo que facilita la aparición de enrojecimiento, picazón o descamación. A esto se suma el contacto con la sal del mar y la arena caliente o contaminada, que pueden agravar la irritación en pieles sensibles.

La ropa y los accesorios son otro factor clave. Las telas sintéticas dificultan la transpiración y, combinadas con el sudor, pueden generar dermatitis irritativa. Las piezas de bisutería, relojes, cierres metálicos y otros accesorios que contienen níquel o cromo también pueden desencadenar dermatitis alérgica, especialmente en climas cálidos donde la fricción es mayor.

Además, el contacto con plantas y sustancias ambientales, como vegetación irritante, productos de limpieza en alojamientos temporales o químicos utilizados en espacios recreativos, incrementa los episodios de reacciones cutáneas. Muchas veces, estas sustancias pasan inadvertidas y el paciente desconoce el origen de su cuadro dermatológico.

Recomendaciones para prevenir reacciones cutáneas

Los dermatólogos recomiendan elegir productos hipoalergénicos y realizar pruebas en una pequeña zona del cuerpo antes de su uso extendido. También sugieren optar por protectores solares dermatológicos, evitar mezclar marcas o fórmulas diferentes y reaplicar siguiendo las indicaciones del fabricante.

Ducharse después de salir del mar o la piscina es fundamental para retirar restos de cloro, sal o arena que irritan la piel. Asimismo, el uso de ropa de algodón o tejidos transpirables ayuda a reducir la sudoración excesiva y la fricción, dos factores que favorecen la dermatitis de contacto. Mantener una adecuada hidratación cutánea permite reforzar la barrera protectora y disminuir la aparición de lesiones.

¿Cuándo acudir a un especialista?

El Dr. Paredes Arcos precisa que se debe solicitar atención dermatológica si las lesiones no mejoran en 48 horas o si aparecen signos de alarma como enrojecimiento intenso, ampollas, descamación marcada o sensación de ardor persistente. “No toda irritación es leve. Identificar el desencadenante y tratar la inflamación a tiempo evita que la lesión avance y permite al paciente continuar sus actividades sin molestias”, advierte.

Para los pacientes que presenten reacciones recurrentes o desconocen el origen de sus síntomas, la consulta dermatológica resulta esencial para determinar alérgenos, recibir un tratamiento adecuado y evitar complicaciones. Con medidas preventivas adecuadas y una evaluación a tiempo, es posible disfrutar del verano sin afectar la salud de la piel.

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