Lima, noviembre de 2025.- Investigadores peruanos alertan sobre un escenario cada vez más preocupante para la salud pública: el avance acelerado de bacterias resistentes a los antimicrobianos, un fenómeno que compromete la eficacia de los tratamientos médicos y eleva el riesgo de infecciones difíciles —o imposibles— de tratar. En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antibióticos (18 al 24 de noviembre), iniciativa promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialistas de la Universidad de Piura (UDEP) profundizan en el análisis epidemiológico y molecular de esta amenaza creciente.
El estudio de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) constituye una línea prioritaria de investigación en la Facultad de Medicina Humana de la UDEP. Según el doctor Edgar Gonzales, docente-investigador, la problemática avanza a un ritmo más acelerado de lo previsto. “En 2016 se publicó un estudio que proyectó que para 2050 las muertes por infecciones de bacterias multirresistentes superarían a las causadas por cáncer. Sin embargo, en 2020 enfrentamos una pandemia donde hubo un mal uso y abuso de antibióticos. A raíz de esto, aquella proyección para 2050 podría adelantarse inclusive al 2030”, advirtió. La universidad, además, obtuvo recientemente la acreditación internacional del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (Comaem), un reconocimiento que respalda la calidad de su labor académica e investigadora.
El especialista señala que el Perú enfrenta una situación especialmente vulnerable debido al uso indiscriminado de antibióticos, la escasa cultura de consumo responsable y las limitaciones en vigilancia epidemiológica y control microbiológico. En ese contexto, la presencia de bacterias resistentes se expande tanto en entornos clínicos como comunitarios, lo que dificulta la contención del problema.
Los estudios desarrollados por el equipo de la UDEP en los últimos años muestran un panorama alarmante: se han detectado altos niveles de resistencia en centros geriátricos, así como colonización por bacterias multidrogoresistentes en lactantes de apenas tres meses. A ello se suman las elevadas tasas de resistencia identificadas en animales de consumo, un sector que aún enfrenta una regulación insuficiente respecto al uso de antimicrobianos. “Esto compromete la eficacia futura de antibióticos esenciales para tratar infecciones en personas”, advierte el magíster Arturo Gonzales, docente e investigador de la UDEP.
El problema también afecta de manera crítica a los hospitales peruanos. Allí se han identificado mecanismos de resistencia altamente diseminados, incluyendo patógenos para los que existen pocas o ninguna alternativa terapéutica. “La limitada disponibilidad de antimicrobianos de nueva generación en los centros hospitalarios agrava aún más esta situación”, añade Arturo Gonzales, quien subraya la urgencia de reforzar los sistemas de control y la actualización de tratamientos.
Ante esta realidad, los investigadores destacan la necesidad de fortalecer la vigilancia microbiológica, impulsar estrategias de uso racional de antibióticos y promover políticas públicas basadas en evidencia científica. Subrayan, además, el rol clave de la academia en la generación de conocimiento que permita diseñar soluciones efectivas y anticipar riesgos sanitarios.
Para los especialistas, comprender la magnitud del problema y adoptar medidas inmediatas es esencial para proteger la salud de la población peruana. La resistencia bacteriana, advierten, no solo es un desafío biomédico, sino también social y estructural, cuya solución depende de la coordinación entre autoridades, centros de salud, profesionales médicos y ciudadanos.
