El ruido constante afecta gravemente la salud mental, advierten especialistas

Lima, junio de 2025.- El ruido, cuando es persistente e intenso, puede convertirse en un estresor crónico con graves consecuencias para la salud mental. Aunque muchas veces no se percibe de forma consciente, estimula continuamente el sistema nervioso, generando un estado de alerta y tensión. La contaminación acústica afecta especialmente a niños, adultos mayores y mujeres embarazadas.

La psicóloga Alexandra Sabal, de la Clínica Ricardo Palma, advierte que vivir o trabajar en un entorno con mucho alboroto puede provocar irritabilidad, fatiga mental, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño y, a largo plazo, inestabilidad emocional. Además, puede reducir la capacidad del cerebro para afrontar otros factores estresantes.

“La contaminación acústica está relacionada con una amplia gama de trastornos mentales y físicos, como depresión, ansiedad, insomnio, deterioro cognitivo, estrés postraumático, tinnitus, pérdida auditiva, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y debilitamiento del sistema inmune”, explicó la especialista.

Medidas para reducir el impacto del ruido

Para contrarrestar los efectos del ruido ambiental, los expertos recomiendan una combinación de estrategias físicas, tecnológicas y emocionales. Entre ellas:

• Aislar acústicamente la vivienda con ventanas de doble vidrio, alfombras o cortinas gruesas.
• Usar tapones auditivos, auriculares con cancelación de ruido o máquinas de sonido blanco.
• Evitar actividades mentales intensas durante momentos de mayor ruido.
• Buscar espacios de silencio para recuperar el equilibrio.
• Practicar ejercicios de respiración profunda y caminar en lugares tranquilos.
• Reducir el consumo de cafeína y alcohol.

El ruido constante activa repetidamente el sistema de respuesta al estrés, afectando no solo el bienestar emocional, sino también funciones vitales como el sueño, la presión arterial y la inmunidad. Muchos se han acostumbrado a convivir con este problema sin ser conscientes del daño que puede generar.