Lima, diciembre de 2025.- En las últimas semanas del año, los líderes y jefes de área tienen una oportunidad clave para reforzar la motivación, el compromiso y la confianza de sus equipos. Lejos de requerir grandes celebraciones o presupuestos elevados, especialistas en gestión humana coinciden en que cerrar el año con impacto se logra a través de acciones simples, coherentes y sostenidas que reconozcan el esfuerzo diario y fortalezcan la relación líder-equipo.
El cierre de año es, además, un momento propicio para la reflexión y la retroalimentación honesta. En este periodo, los equipos suelen evaluar no solo los resultados alcanzados, sino también la calidad del liderazgo y el nivel de reconocimiento recibido. En ese contexto, el rol del jefe directo cobra especial relevancia, ya que su cercanía y capacidad de escucha influyen directamente en la percepción del clima laboral.
Así lo confirma el estudio “Diagnóstico del Compromiso Laboral en el Perú 2024”, elaborado por MD Group, que revela que el 78 % de los trabajadores considera que el reconocimiento de su líder impacta directamente en su motivación, mientras que el 72 % afirma que sentirse valorado mejora su productividad. Estas cifras evidencian que, en el contexto peruano, el reconocimiento oportuno no solo fortalece el ambiente de trabajo, sino que también contribuye a un desempeño más sostenible, especialmente durante las semanas finales del año.
Desde la mirada de los especialistas, cerrar el año de manera positiva implica combinar el reconocimiento del esfuerzo con una visión clara de desarrollo. “Una de las formas más valiosas de cerrar el año es ayudando a cada persona a identificar sus fortalezas y aquello que puede seguir desarrollando. El crecimiento no solo ocurre con logros visibles; también se produce cuando un líder acompaña con claridad y propósito”, señala Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano de Crosland.
Con ese enfoque, los expertos proponen una serie de prácticas concretas que permiten a los líderes agradecer, reconocer y acompañar a sus equipos de forma genuina en el cierre del año. Una de las más importantes es ofrecer un reconocimiento claro y específico. En lugar de mensajes generales, los colaboradores valoran que se destaque un logro puntual y su impacto real en los resultados del área. Un comentario directo, una conversación breve o un mensaje individual pueden generar una validación inmediata y fortalecer la confianza profesional.
Otro aspecto clave es abrir espacios breves de escucha activa. Antes de iniciar un nuevo año, los equipos necesitan sentirse escuchados respecto a lo que funcionó, lo que podría mejorar y aquello que desean potenciar. No se trata de reuniones extensas, sino de encuentros de 10 a 15 minutos que permitan recoger percepciones valiosas y, al mismo tiempo, demostrar interés genuino por el bienestar y las expectativas de cada persona.
Asimismo, los líderes pueden propiciar momentos simbólicos de agradecimiento que ayuden a cerrar el ciclo anual desde una perspectiva más humana. Facilitar un espacio donde los integrantes del equipo compartan algo que agradecen o un logro del que se sienten orgullosos fomenta la cohesión, refuerza los vínculos y genera un ambiente positivo de cierre. Estos gestos, aunque breves, suelen tener un impacto emocional significativo.
El cierre de año también es una oportunidad para dar claridad sobre las metas del próximo periodo. Presentar de manera sencilla los objetivos del primer trimestre del nuevo año y explicar cómo cada colaborador contribuye a ellos reduce la incertidumbre y fortalece el sentido de propósito. Contar con una hoja de ruta clara permite que los equipos inicien el siguiente año con mayor enfoque y alineación.
Finalmente, los especialistas coinciden en la importancia de entregar un detalle con significado. No se trata del valor económico, sino de la intención. Una tarjeta escrita a mano, un mensaje personalizado o un pequeño gesto de agradecimiento refuerzan el reconocimiento y dejan una impresión duradera en el colaborador, recordándole que su trabajo fue valorado a lo largo del año.
Aplicar estas prácticas permite a los jefes de área cerrar el año demostrando un liderazgo cercano, empático y coherente. “Si el reconocimiento no ha sido un hábito durante el año, el cierre se convierte en un buen punto de partida para asumir ese compromiso hacia el próximo. Lo importante es que el agradecimiento sea auténtico y sostenido, no un gesto aislado de temporada”, concluye Ameghino. De esta manera, fortalecer la relación líder-equipo se convierte en una base sólida para iniciar el nuevo año con mayor motivación y compromiso.
