Lima, octubre de 2025.- El cometa 3I/ATLAS, un objeto interestelar descubierto en julio y el tercero confirmado fuera del sistema solar, se dirige hacia su máxima aproximación al Sol al cierre de octubre, generando gran interés científico por su trayectoria y composición fuera de lo común.
Descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema de telescopios ATLAS en Chile, el cometa —también designado como C/2025 N1— proviene de fuera del sistema solar y se mueve en una trayectoria hiperbólica, confirmando su origen interestelar. Su velocidad, cercana a los 60 km/s, ha permitido que sea observado por agencias como la NASA y la ESA mediante telescopios terrestres y espaciales, incluido el Hubble Space Telescope.
Durante los días 29 y 30 de octubre, el cometa alcanzará su perihelio, el punto más cercano al Sol, a una distancia de unos 210 millones de kilómetros (1,4 UA). Aun así, los cálculos actuales confirman que no representa ningún riesgo para la Tierra, ya que su acercamiento máximo será de aproximadamente 1,8 UA, unos 270 millones de kilómetros.
Más allá de su paso cercano, lo que ha llamado la atención de los astrónomos son las características inusuales de su comportamiento. Desde distancias en las que los cometas comunes permanecen inactivos, 3I/ATLAS ha liberado agua y compuestos volátiles con una intensidad que sorprendió a los investigadores. Este fenómeno sugiere diferencias en su composición química, posiblemente vinculadas a su formación en un entorno estelar distinto al del sistema solar.
Algunos científicos, como el astrofísico Avi Loeb, han planteado hipótesis alternativas sobre su naturaleza, incluyendo la posibilidad de que se trate de un objeto tecnológico o de procedencia no convencional. Sin embargo, la comunidad científica mantiene una postura prudente, considerando que se trata de un cuerpo natural cuyo estudio permitirá ampliar la comprensión sobre los objetos que viajan entre estrellas.
El acercamiento de 3I/ATLAS representa una oportunidad única para estudiar materiales primigenios que podrían ofrecer pistas sobre la formación de otros sistemas estelares y la diversidad de cuerpos presentes en la galaxia. Aunque su brillo no permitirá observarlo a simple vista, los observatorios astronómicos continuarán monitoreando su comportamiento y publicando datos actualizados sobre su evolución en las próximas semanas.
Con su paso, el cometa 3I/ATLAS se consolida como un visitante excepcional del espacio profundo, recordando que aún quedan muchos secretos por descubrir más allá de los límites del sistema solar.
Con información de MSN, Semana y La Nación.
