Lima, diciembre de 2025.- Navidad y Año Nuevo son sinónimo de reuniones, regalos y celebraciones, pero también de un aumento significativo en la generación de residuos. Solo en Lima se recogieron 950 toneladas de desechos tras las celebraciones del último Año Nuevo y, a nivel nacional, la cifra alcanzó las 24 mil toneladas, según datos del Ministerio del Ambiente (Minam). Frente a este escenario, adoptar hábitos responsables durante las fiestas se vuelve clave para reducir el impacto ambiental.
Con ese objetivo, Mónica Montes, gerente de Sostenibilidad de Tetra Pak, comparte una serie de recomendaciones prácticas que pueden marcar la diferencia en los hogares durante las celebraciones de fin de año. Pequeñas decisiones cotidianas, aplicadas de forma constante, pueden evitar que grandes volúmenes de residuos terminen en calles, ríos o playas.
Elegir envases reciclables desde la compra
El primer paso para reducir la contaminación comienza antes de llegar a casa. Al momento de comprar alimentos y bebidas, es importante revisar el tipo de envase que se coloca en el carrito. Las cajas de cartón para alimentos y bebidas, como las de jugos o leches de Tetra Pak, son reciclables y pueden transformarse en techos, paredes y distintos tipos de mobiliario.
Para asegurar que estos envases puedan ser aprovechados, se recomienda seguir un proceso sencillo: desarmar la caja, escurrirla bien, aplanarla, volver a taparla y depositarla en el contenedor de residuos aprovechables o llevarla a un punto de reciclaje autorizado. Una correcta disposición facilita su reintegración al ciclo productivo.
Separar los residuos por material
Otro hábito fundamental es la separación adecuada de los residuos en el hogar. Contar con dos o tres contenedores diferenciados —uno para cartón y papel, otro para plásticos y otro para vidrio o metales— ayuda a mantener los materiales reciclables en buen estado.
Además, es clave evitar mezclar restos orgánicos con residuos aprovechables, ya que la contaminación con alimentos o líquidos puede arruinarlos y hacer que pierdan su valor para el reciclaje.
Dar una segunda vida a envoltorios y empaques
Durante las fiestas, los regalos generan una gran cantidad de papeles, cajas y envoltorios. Para que estos materiales puedan reciclarse, es importante no arrugarlos, romperlos ni mojarlos. Si se mantienen limpios y secos, pueden reincorporarse fácilmente a los procesos de reciclaje.
Revisar los envoltorios antes de desecharlos permite separar aquellos que aún tienen potencial de reutilización o reciclaje, reduciendo así el volumen de basura que termina en los rellenos sanitarios.
Llevar los residuos a lugares adecuados
Una vez terminadas las celebraciones, es fundamental no dejar los residuos reciclables en la vía pública. Estos deben trasladarse a estaciones de reciclaje, supermercados con puntos de acopio, puntos limpios municipales o programas de recolección organizados por cada distrito.
Mientras más limpios y mejor separados estén los materiales, mayores serán las probabilidades de que realmente sean reciclados y no terminen como desechos comunes.
Compartir el hábito con la familia
Las fiestas de fin de año también son una oportunidad para fomentar la educación ambiental en el hogar. Instalar una pequeña “estación de reciclaje” con carteles simples y contenedores diferenciados permite que todos los miembros de la familia participen activamente.
Involucrar a niños y adultos en este proceso no solo reduce la cantidad de basura generada en diciembre, sino que también contribuye a formar hábitos responsables que pueden mantenerse a lo largo del año.
Según explica Mónica Montes, si cada hogar aplicara estas prácticas, miles de toneladas de residuos dejarían de llegar a ríos, playas y calles durante las fiestas decembrinas. “Reducir la contaminación no requiere grandes sacrificios, solo decisiones conscientes. La próxima vez que termine la bebida o alimento de su preferencia, recuerde que residuos como las cajitas de Tetra Pak no son basura, son materia prima para nuevos productos”, señala.
En estas fiestas, celebrar también puede ser sinónimo de cuidar el entorno. Adoptar hábitos de reciclaje responsables permite disfrutar de Navidad y Año Nuevo con un menor impacto ambiental y recibir el 2026 de una manera más sostenible.