Lima, noviembre de 2025.- La pérdida de visión asociada con la diabetes está avanzando en el Perú a un ritmo más acelerado de lo previsto. Así lo alertaron especialistas en retina y representantes de pacientes durante el panel “Diabetes y visión: un desafío compartido para el país”, organizado por Bayer, donde se expusieron datos preocupantes sobre el impacto clínico, social y económico de la retinopatía diabética y el edema macular diabético.
En el país, más de 220,000 personas viven con edema macular diabético (EMD) y alrededor de 3 millones tienen deficiencia visual prevenible. A ello se suma un dato crítico: solo 8 de cada 100 mil habitantes acceden a un diagnóstico oportuno de retinopatía diabética, una enfermedad silenciosa que puede causar ceguera irreversible si no se detecta a tiempo.
Durante el encuentro, el retinólogo Javier Cáceres del Carpio advirtió que en los últimos años se ha visto un aumento significativo de casos severos en personas más jóvenes, un efecto directo de la falta de controles durante la pandemia. “Hoy estoy viendo pacientes de 40 años con retinopatía diabética proliferativa. Antes de la pandemia esto era rarísimo en Perú”, señaló. “Muchos pasaron casi dos años sin controles, sin medicinas y sin seguimiento. Esa brecha nos ha explotado en la cara”.
El especialista remarcó que las complicaciones visuales avanzan incluso en pacientes que no presentan síntomas. “No basta con que el paciente diga que ve bien. Puede tener daño avanzado sin sentirlo. La ceguera es la complicación que más golpea en calidad de vida”.
Regiones amazónicas: la nueva zona crítica
Uno de los hallazgos más relevantes del conversatorio fue el incremento de casos severos en pacientes de la Amazonía. Cáceres explicó que podrían influir factores alimentarios, metabólicos y de acceso limitado al sistema de salud. Además, muchos de estos pacientes llegan a Lima cuando la enfermedad está en etapas avanzadas, lo que reduce las posibilidades de recuperación visual.
El sistema de salud no logra cubrir la demanda
Los especialistas coincidieron en que el Perú enfrenta un déficit estructural en la atención de diabetes y salud visual. Entre los principales problemas destacan:
• Más del 50% de la población carece de seguro de salud
• Escasez de retinólogos en hospitales públicos
• Citas oftalmológicas que pueden tardar hasta 300 días
• Ausencia de una estrategia nacional para salud visual en diabetes
“Hay pacientes que no reciben tratamiento en todo un año. Sin control metabólico, las complicaciones avanzan como un ‘huayco’”, alertó Cáceres.
Pacientes entre la desinformación y la desactualización médica
Durante el panel, representantes de la Asociación de Diabetes en Niños y Adolescentes (ADINA) advirtieron sobre una brecha adicional: la desinformación y la falta de actualización en la práctica médica.
La presidenta de ADINA, Gina Bazán, sostuvo que muchas familias no dimensionan el riesgo visual. “Cuando preguntamos cuándo fue su último fondo de ojo, nos dicen ‘hace cinco años’. Y algunos endocrinólogos aún creen que basta una vez al año. No es así. En Perú debería hacerse cada seis meses”.
El paciente y mentor Diego Bartra agregó que la falta de información afecta el autocuidado en jóvenes. “Muchos quieren cuidarse, pero reciben tratamientos desactualizados. La educación es clave para evitar complicaciones que luego son irreversibles”.
Ambos coincidieron en que el Estado debe fortalecer su rol, pues muchas familias enfrentan solas el impacto económico y emocional de la enfermedad.
Inteligencia artificial, telemedicina y nuevas tecnologías: oportunidades urgentes
El conversatorio también destacó el potencial de nuevas herramientas tecnológicas para mejorar el acceso al diagnóstico temprano:
• Cámaras portátiles para tamizaje en zonas rurales
• Sistemas de inteligencia artificial que detectan retinopatía diabética a partir de una foto
• Telemedicina para evaluaciones oftalmológicas a distancia
“Una foto tomada con un celular y una lupa puede salvarle la visión a un paciente en Huancavelica o Puno. Necesitamos políticas públicas y presupuesto”, afirmó Cáceres.
El llamado final: prevención y diagnóstico temprano
El panel concluyó con recomendaciones esenciales para evitar la progresión de la enfermedad:
• Todo paciente con diabetes tipo 2 debe tener una evaluación oftalmológica desde el diagnóstico
• En diabetes tipo 1, el control debe iniciar desde el quinto año o antes si hay síntomas
• La hemoglobina glicosilada debe ser el principal indicador de seguimiento
“Una consulta perdida puede costarle la visión al paciente”, advirtió Bazán. “La prevención no es un lujo: es la diferencia entre vivir con autonomía o perder la vista”.
La urgencia es clara: el país necesita fortalecer su capacidad de diagnóstico, implementar tecnologías accesibles y reforzar la educación en diabetes para evitar que miles de peruanos pierdan la visión por causas prevenibles.
