Lima, setiembre de 2025.- La ciberdelincuencia evoluciona rápidamente y hoy los delincuentes están utilizando la inteligencia artificial (IA) para perfeccionar sus métodos, haciendo que las estafas sean más difíciles de detectar y más peligrosas para la estabilidad económica de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y de las familias peruanas. Así lo advirtió Roberto Casana, jefe de Ciberseguridad de Caja Piura, quien alertó que estas nuevas modalidades no solo vacían cuentas, sino que también comprometen ahorros, créditos y la capacidad de inversión, poniendo en riesgo la seguridad financiera de miles de personas a nivel nacional.
Para el especialista, el efecto más inmediato de estos ataques es una profunda crisis de confianza. “Las personas tienen temor de realizar transacciones en línea, contribuyendo a frenar la adopción de canales digitales, los cuales son vitales para la inclusión financiera”, señaló Casana.
De acuerdo con Caja Piura, las regiones de Lima, Piura, Cajamarca, Lambayeque y San Martín concentran el mayor riesgo, debido a que los delincuentes utilizan IA para crear estafas de phishing y mensajes de texto fraudulentos casi perfectos, suplantar identidades biométricas con rostros generados artificialmente e incluso clonar la voz de una persona para autorizar créditos o transferencias de dinero sin su consentimiento.
Frente a esta amenaza, la entidad financiera implementó un sistema de ciberseguridad potenciado con IA como estrategia clave. “La respuesta debe ser igualmente tecnológica. La inteligencia artificial nos permite detectar fraudes en tiempo real y bloquear operaciones sospechosas de forma inmediata, protegiendo activamente el dinero de nuestros clientes”, destacó Casana.
La educación digital también es esencial para fortalecer la protección de los usuarios. Caja Piura impulsa capacitaciones en zonas rurales dirigidas al personal que atiende directamente al cliente, con el fin de sensibilizar a la población sobre el uso responsable y seguro de los canales digitales. “La cultura de ciberseguridad es nuestro escudo más poderoso para reconocer intentos de fraude”, subrayó el especialista.
Entre los fraudes más comunes identificados se encuentran:
- Phishing y smishing: mensajes falsos por correo o SMS que parecen reales para robar datos.
- Suplantación biométrica: uso de huellas digitales o rostros creados por IA para acceder a cuentas.
- Clonación de voz: grabaciones falsas para autorizar créditos o transferencias.
- Deepfakes: videos o audios falsos de funcionarios o asesores para engañar a clientes.
- Ingeniería social personalizada: estafas basadas en información obtenida de redes sociales.
- Créditos o programas sociales falsos: páginas y formularios creados con IA para captar datos sensibles.
La baja alfabetización digital y el limitado acceso a canales de denuncia en algunas zonas del país facilitan que estos fraudes tengan mayor impacto, lo que refuerza la urgencia de combinar tecnología avanzada con educación digital en todos los niveles de la sociedad.