Alargascencia:la clave contra las 20,000 toneladas anuales de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en Perú
La rápida evolución tecnológica ha sido el motor de grandes avances en el ámbito digital, pero también ha dado lugar a un fenómeno problemático: la obsolescencia programada. Dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas y otros aparatos electrónicos están diseñados para volverse obsoletos en un corto periodo de tiempo, promoviendo la renovación constante de productos. Esta dinámica afecta al bolsillo de los consumidores y además genera un impacto negativo en el medio ambiente.
Las proyecciones del mercado global indican que en 2024 se vendieron aproximadamente 1.510 millones de unidades de dispositivos móviles, una cifra que se espera alcance los 1.850 millones en 2029, con una tasa de crecimiento anual del 4,10%. Por otro lado, el informe “The 2020 EPEAT Report on Sustainability in Electronics», elaborado por EPEAT (Electronic Product Environmental Assessment Tool), una organización sin fines de lucro de EE.UU. que clasifica y evalúa el desempeño ambiental de productos electrónicos de uso masivo, señala que solo el 10% de los productos electrónicos certificados ofrecen un ciclo de vida de 10 años o más.
“Si bien no podemos generalizar y señalar a todo el mercado tecnológico, actualmente la vida útil de un smartphone ha disminuido a un promedio de 2 o 3 años. Ante esta tendencia, ha surgido la alargascencia, una práctica que propone extender justamente la vida útil de los dispositivos electrónicos a través de una mayor reparabilidad, actualizaciones más largas y un enfoque en la reutilización, con el objetivo de frenar el desgaste acelerado de los aparatos y reducir la cantidad de residuos generados”, explica Giovanna Lucero, CEO de Lolotec.
Precisamente, gigantes tecnológicos como Apple y otros con sistema android, han dado pasos hacia la durabilidad de sus productos, ofreciendo piezas de repuesto y actualizaciones más prolongadas, pero estas prácticas siguen siendo una excepción dentro de una industria que prioriza el modelo de reemplazo constante. De hecho, según un estudio de Greenpeace, el 70% de los consumidores preferiría reparar sus dispositivos antes que reemplazarlos, pero la falta de opciones accesibles y el diseño de productos difíciles de reparar siguen siendo barreras importantes para materializar este cambio.
Según la CEO de Lolotec, la alargascencia se presenta como una alternativa viable para abordar la creciente crisis ambiental y económica provocada por la obsolescencia programada. En este contexto, las políticas públicas desempeñan un papel fundamental.
“Países de la Unión Europea, por ejemplo, han comenzado a implementar la Ley de Derecho a Reparar, que exige a los fabricantes ofrecer reparaciones accesibles y piezas de repuesto durante un periodo prolongado. Perú, que en 2022 generó más de 220.000 toneladas de residuos electrónicos y que se posiciona como uno de los mayores generadores de este tipo de basura en América Latina y el Caribe, tiene el desafío de adoptar medidas similares que reduzcan estas cifras, fomenten una economía circular y promuevan un cambio significativo en la mentalidad del consumidor hacia una cultura de responsabilidad, sostenibilidad y equidad.”, señaló Giovanna Lucero.
En definitiva, la alargascencia es más que una tendencia; es una necesidad urgente. La industria tecnológica tiene la oportunidad de redefinir su modelo de negocio, apostando por la durabilidad y la sostenibilidad. Si logramos avanzar en esta dirección, no solo transformaremos el mercado de los dispositivos móviles, también sentaremos las bases para un futuro más equitativo, accesible y respetuoso con el planeta.