Pautas esenciales de enfermería para atender a adultos mayores en casa

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Lima, noviembre de 2025.- En miles de hogares peruanos, el cuidado de los adultos mayores recae principalmente en los propios familiares, quienes deben organizar rutinas de medicamentos, acompañar en la movilidad, apoyar en la higiene y vigilar cambios físicos o emocionales. Sin embargo, este proceso implica desafíos diarios que van desde prevenir caídas hasta reconocer señales de desorientación o falta de apetito, lo que puede generar dudas sobre si se está brindando el cuidado adecuado.

El incremento de la población adulta mayor en el mundo refuerza la importancia de hablar sobre este tema. La Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que para el 2030 una de cada seis personas tendrá más de 60 años. En el Perú, el Ministerio de Salud impulsa políticas para promover el envejecimiento activo, la permanencia en el hogar y el acceso a cuidados dignos como parte del derecho a una vida saludable.

“Cuidar bien en casa significa no solo atender enfermedades, sino promover la autonomía, la seguridad y el bienestar emocional del adulto mayor, fortaleciendo el vínculo familiar. Sin embargo, muchas familias, con buena intención, suelen cometer errores por falta de información y orientación de un técnico de enfermería”, señala la Mg. Maria Belén Castillo Huamán, enfermera y docente del Instituto Carrión.

Con el fin de orientar a cuidadores y familiares, la especialista comparte pautas fundamentales de enfermería para garantizar una atención integral, respetuosa y segura dentro del hogar.

Alimentación variada y adecuada para su digestión
La alimentación debe ser equilibrada, suave y rica en proteínas para favorecer la energía, la masa muscular y la recuperación. Es esencial adaptarla a la dentición y capacidad digestiva, priorizando preparaciones fáciles de masticar y digerir. Los líquidos deben acompañar cada comida para evitar la deshidratación, un problema frecuente y muchas veces silencioso en adultos mayores.

Higiene diaria con respeto, cuidado e intimidad
La higiene debe realizarse respetando el ritmo personal del adulto mayor, cuidando su privacidad, evitando movimientos bruscos y verificando el estado de la piel. Mantener zonas secas, cambiar prendas húmedas y usar productos adecuados ayuda a prevenir irritaciones, heridas o infecciones. La atención cuidadosa durante el baño o el aseo fortalece la confianza y contribuye al bienestar emocional.

Movilidad acompañada y constante para prevenir complicaciones
La especialista recomienda incentivar caminatas cortas o ejercicios ligeros, siempre según indicación médica. La movilidad regular previene la rigidez, mejora la circulación y reduce el riesgo de úlceras por presión. “No debemos limitarlos por miedo, sino acompañarlos en su movimiento”, subraya Castillo. El objetivo es promover la autonomía con seguridad, no inmovilizar por precaución excesiva.

Hidratación continua durante el día
Con la edad, disminuye la sensación de sed; por ello, la ingesta de líquidos no debe depender de que el adulto mayor los pida. Ofrecer agua, infusiones suaves o bebidas naturales varias veces al día ayuda a mantener funciones básicas como la digestión, la cognición y la regulación de la temperatura corporal.

Además de estas pautas principales, la especialista advierte sobre errores frecuentes que pueden comprometer el bienestar del adulto mayor y que suelen pasar desapercibidos.

No adaptar el hogar a sus necesidades
Las caídas son uno de los incidentes más comunes. Alfombras sueltas, iluminación insuficiente, pisos resbalosos o la falta de barras de apoyo aumentan el riesgo de accidentes. Habilitar un entorno seguro implica reorganizar los espacios, despejar rutas, asegurar muebles y colocar implementos de apoyo que brinden estabilidad.

Administrar medicamentos sin supervisión profesional
Tomar medicamentos sin un control adecuado puede generar errores en dosis, duplicidad de fármacos o interacciones no deseadas. La planificación del tratamiento debe estar supervisada por personal de salud, y los familiares deben llevar un registro claro de horarios y cantidades para evitar complicaciones graves.

Ignorar señales emocionales o cambios en el comportamiento
Tristeza, irritabilidad, desinterés o aislamiento no deben asumirse como “parte de la edad”. La OMS advierte que la soledad y el aislamiento pueden afectar la salud mental, la cognición y la motivación del adulto mayor. El acompañamiento emocional incluye escucharlos con paciencia, conversar sobre sus recuerdos, incorporarlos en decisiones cotidianas, motivar actividades recreativas y fomentar el contacto social.

“Cuidar a un adulto mayor es un acto de amor, pero también una gran responsabilidad. No se trata solo de asistir, sino de acompañar con respeto, paciencia y empatía. El mejor cuidado es aquel que une conocimiento técnico con cariño humano. Recordemos que ellos alguna vez cuidaron de nosotros, y hoy nos toca devolverles tiempo, dignidad y ternura”, enfatiza la especialista del Instituto Carrión.

La atención integral en casa no solo mejora la calidad de vida del adulto mayor, sino que también fortalece los vínculos familiares, fomenta el envejecimiento saludable y permite que cada persona viva esta etapa con autonomía, seguridad y bienestar.

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