Lima, noviembre de 2025.- La demanda de vivienda en Lima continúa creciendo, pero el verdadero diferencial ya no se define solo por los metros cuadrados. Cada vez más compradores priorizan proyectos que integran espacios comunes diseñados para fomentar sociabilidad, bienestar y un nuevo estilo de vida urbano, dando paso a edificios que funcionan como pequeñas comunidades dentro de la ciudad.
Según la Confederación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (CODIP), las ventas de viviendas aumentaron 22% durante los primeros nueve meses de 2025, impulsadas por una demanda más consciente de la experiencia general que ofrece cada proyecto inmobiliario. En este escenario, los departamentos medianos de 60 a 70 m² se consolidan como la opción preferida, no solo por su eficiencia, sino por acompañarse de entornos que equilibran independencia y vida compartida.
Este cambio de mentalidad marca una tendencia clara: los compradores buscan comunidad. Ya no basta con un buen diseño interior; las personas quieren espacios donde relacionarse, trabajar, descansar y convivir. Por ello, las áreas comunes se han convertido en un factor decisivo dentro del mercado inmobiliario limeño.
Hoy, los desarrollos incorporan rooftops, coworkings, gimnasios, patios interiores, zonas pet friendly y huertos urbanos, todos concebidos para estimular la interacción y el bienestar integral. Estas amenidades, lejos de ser complementarias, representan un valor agregado que define la experiencia de vida dentro del edificio.
“Estamos frente a una nueva generación de compradores que buscan experiencias más que metros cuadrados. Hoy, el reto de las inmobiliarias es crear entornos que inspiren pertenencia y conexión, sin perder de vista la funcionalidad y el diseño”, señala Olenka Araujo, gerente Comercial y Marketing de Alerces Inmobiliaria. Su visión refleja un giro estructural del sector: los proyectos ya no solo deben responder a necesidades habitacionales, sino también emocionales y sociales.
Esta transformación redefine el concepto de hogar. Lo que antes se entendía únicamente como un espacio privado, hoy se valora como un entorno compartido donde la convivencia y la cercanía tienen un papel esencial. Los edificios modernos buscan crear un equilibrio entre privacidad y comunidad, especialmente para quienes desean un estilo de vida más humano y conectado.
Un estudio de Best Place to Live (2025) confirma esta tendencia: las amenidades más valoradas por los peruanos son las terrazas y rooftops, seguidas por los espacios de coworking y las zonas de parrillas. Entre las familias jóvenes destacan como factores decisivos las áreas verdes y zonas pet friendly, elementos que refuerzan la conexión con la naturaleza y elevan la calidad de vida dentro del edificio.
El auge del trabajo híbrido también ha reconfigurado las expectativas de los residentes. Los coworkings dentro de los proyectos inmobiliarios ya no son un lujo, sino una necesidad funcional que permite reducir desplazamientos y fortalecer la interacción entre vecinos. A su vez, los rooftops y áreas abiertas aportan espacios de respiro, descanso y bienestar emocional, mientras que las zonas de recreación refuerzan la construcción de vínculos dentro de la comunidad.
En este contexto, Alerces Inmobiliaria reafirma su compromiso por transformar la forma de habitar la ciudad. Sus propuestas buscan promover una Lima más humana, sostenible y conectada, donde los residentes puedan disfrutar un estilo de vida equilibrado entre lo privado y lo colectivo.
Para quienes buscan vivir en distritos estratégicos como Miraflores y Lince, la marca invita a conocer más sobre sus proyectos en www.alerces.com. La visión es clara: contribuir a una ciudad con edificios que no solo albergan personas, sino que construyen comunidades.
