Cinco mercados mayoristas de Lima venden frutas no aptas para consumo humano

Duraznos1

Lima, octubre de 2025.- Cinco de los mercados mayoristas más grandes de Lima Metropolitana estarían comercializando frutas no aptas para consumo humano debido a la presencia de agroquímicos que superan los límites permitidos en el país. Un reciente Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos reveló que cerca del 80% de los duraznos analizados contienen residuos tóxicos que representan un riesgo para la salud pública.

El estudio se realizó con muestras tomadas en Minka y Centro Comercial Bellavista (Callao), el Mercado San José (Jesús María), el Mercado Lobatón (Lince) y el Gran Mercado Mayorista de Santa Anita. Los análisis estuvieron a cargo del laboratorio Merieux, entidad acreditada internacionalmente y autorizada por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA). La presencia de residuos de plaguicidas por encima de los límites máximos permitidos convierte estos productos en frutas no aptas para consumo humano, lo que evidencia un riesgo latente para la población que compra en estos establecimientos.

Los resultados indican que cuatro de las cinco muestras superaron los Límites Máximos de Residuos (LMR) establecidos por la legislación peruana. Además, si se aplicaran los estándares internacionales de Estados Unidos, las cinco muestras habrían sido desaprobadas, lo que representa un 100% de incumplimiento. Esta situación genera preocupación sobre la efectividad de los controles en el mercado interno y la falta de trazabilidad en el manejo de pesticidas.

Juan Sánchez, presidente del Consorcio Agroecológico Peruano (CAP), calificó como alarmante la situación observada. “No se trata de un hecho aislado, sino de una práctica extendida en el uso de plaguicidas en frutas que llegan a los principales mercados del país. Es urgente que el Estado refuerce la fiscalización y garantice la inocuidad de los alimentos”, expresó.

El abogado especializado en defensa del consumidor, Jaime Delgado, también alertó sobre el impacto sanitario de esta problemática. “La población está consumiendo productos contaminados sin saberlo. Se requiere una acción inmediata de las autoridades y la aprobación de un marco normativo sólido que proteja la salud pública”, advirtió. Destacó también la relevancia del dictamen aprobado por mayoría en la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, relacionado con el Proyecto de Ley N.º 9254/2024-CR, que busca fortalecer el sistema de control y vigilancia sanitaria, así como reconocer a SENASA como autoridad competente en inocuidad alimentaria. Este proyecto aguarda su debate en el Pleno, y diversos especialistas esperan que sea tramitado con urgencia.

Los análisis detectaron residuos de Isoprotiolane, Ciprodinil, Azociclotina y Cihexatina, compuestos químicos asociados a efectos adversos sobre la salud humana y el ambiente. Estas sustancias pueden causar daños en el hígado, tiroides y riñones. También se han asociado con irritación en la piel y ojos, afectación neurológica y alteraciones en el sistema reproductivo. Las gestantes se encuentran dentro de los grupos más vulnerables, debido a la posibilidad de afectar el desarrollo del feto.

El riesgo sanitario incrementa si se considera que estas frutas son de consumo frecuente en la dieta familiar, y en particular entre niños, quienes tienen menor capacidad de eliminar sustancias tóxicas del organismo. Especialistas en salud pública recomiendan lavar y pelar las frutas, aunque este procedimiento no elimina completamente los residuos de pesticidas.

Este monitoreo no constituye el primer reporte de irregularidades en el control de plaguicidas en productos frescos. Durante los últimos dos años, el Consorcio Agroecológico Peruano ha realizado estudios similares en manzanas, mandarinas, uvas y tomates adquiridos en mercados mayoristas y minoristas. Los resultados también han sido preocupantes, ya que más del 60% de las muestras evaluadas superaron los límites máximos establecidos por la normativa vigente.

La problemática plantea un desafío urgente para toda la cadena agroalimentaria. Una mejor fiscalización, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la actualización normativa resultan fundamentales para garantizar que los alimentos que llegan a la mesa de las familias peruanas sean seguros. El refuerzo de mecanismos de control y sanciones aplicables permitiría limitar el ingreso de productos contaminados al mercado y disminuir los riesgos para la salud.

La ciudadanía también desempeña un rol clave al exigir mayor transparencia en el origen de los alimentos y al privilegiar la compra de productos certificados. Una política coordinada entre productores, comerciantes, laboratorios y autoridades sanitarias permitirá reducir la presencia de frutas no aptas para consumo humano en los mercados de Lima Metropolitana.

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