¿Por qué tu hijo saca malas notas? Señales invisibles del bajo rendimiento escolar
Lima, julio de 2025.- El bajo rendimiento escolar es una preocupación constante para muchas familias, y suele aparecer cuando las calificaciones ya están en niveles críticos. Sin embargo, detrás de cada mala nota puede haber una razón más profunda que merece atención: estrés, ansiedad, problemas emocionales, falta de rutinas o dificultades de aprendizaje.
La doctora Carmen Bravo de Rueda, psicóloga y psicoterapeuta de la Clínica Ricardo Palma, alerta sobre un error común: etiquetar al niño como “flojo” o “vago”. “Estas palabras no corrigen el problema; lo agravan. Minan su autoestima, generan resentimiento y lo alejan del aprendizaje”, afirma la especialista.
Más que regañar, los padres deben detenerse a observar qué está pasando con su hijo. Si falta frecuentemente al colegio, pierde no solo las explicaciones de clase, sino también la posibilidad de reforzarlas en casa. En esos casos, es fundamental conseguir un resumen de los temas, conversar con él y asegurarse de que realice sus tareas con apoyo.
Otro foco de atención debe ser la relación entre el menor y su docente. Si no logra comprenderla, puede estar acumulando frustración o desconexión con el aprendizaje. “Una evaluación psicológica puede ayudar a identificar si hay una razón emocional o cognitiva detrás de ese bajo rendimiento”, señala Bravo de Rueda.
La rutina también juega un rol esencial. Padres e hijos deben acordar un horario para las tardes: tiempo para descansar, cambiarse, alimentarse y luego, concentrarse en las tareas. El acompañamiento de un adulto, sobre todo en primaria, permite revisar cuadernos, resolver dudas y reforzar lo aprendido.
Pero no todo depende del entorno. También hay factores psicológicos o físicos que pueden estar interfiriendo en el aprendizaje: dificultades de concentración o atención, problemas visuales o auditivos no detectados, casos de bullying o simplemente no sentirse cómodo en el colegio. Ante señales persistentes, lo más recomendable es una evaluación psicológica integral.
Este diagnóstico permitirá saber si el bajo rendimiento escolar se origina en causas externas, internas o si hay un trastorno de aprendizaje o emocional detrás. Según la psicoterapeuta, mientras más temprano se actúe, mejores serán las posibilidades de intervención y recuperación del niño.
“El acompañamiento profesional a tiempo puede cambiar no solo el rendimiento académico, sino la salud emocional futura de un niño”, concluye Bravo de Rueda.