Opinión

Más allá del pasaporte: ¿qué esperamos del nuevo Papa León XIV?

Desde que se anunció el nombre del nuevo Papa León XIV, y se supo que además de estadounidense tiene nacionalidad peruana, el tema ha generado revuelo. En redes, en medios, en tiendas virtuales… la noticia ha sido aprovechada para lanzar memes, camisetas, tazas, e incluso artículos religiosos con mensajes personalizados. Pero ¿no estamos desviando el enfoque?

La noticia convertida en espectáculo

En lugar de preguntarnos qué tipo de liderazgo asumirá el nuevo pontífice, muchos parecen más preocupados en saber si usará poncho andino, si dirá “causa” en sus discursos, o si visitará Machu Picchu. ¿De verdad eso es lo que importa ahora?

El Papa no es una figura de promoción turística ni una celebridad de merchandising. Es el líder espiritual de millones de católicos en el mundo y su rol va mucho más allá de los titulares llamativos.

Un cambio de mirada

Más allá de su doble nacionalidad o lugar de nacimiento, lo que debería interesarnos es cuál será su visión frente a los grandes desafíos actuales:

  • ¿Seguirá la línea de apertura, diálogo y reformas que impulsó el Papa Francisco?
  • ¿Cómo enfrentará temas como la migración, la pobreza, el cambio climático, la corrupción, la polarización social?
  • ¿Qué papel jugará América Latina en su pontificado?

El Perú no necesita un Papa peruano. Necesita un líder espiritual con visión global

Celebrar por el pasaporte está bien, pero la verdadera expectativa debería estar en sus actos, no en su nacionalidad. Porque al final, la Iglesia católica —y el mundo en general— no necesita más símbolos para la vitrina. Necesita líderes que asuman su responsabilidad con coherencia, justicia y humanidad.

Ojalá que la emoción inicial no nos haga perder de vista lo esencial. No importa de dónde venga el Papa, sino a dónde piensa llevar a la Iglesia. Y eso no se decide con una bandera, sino con convicción.