Lima, septiembre de 2025.- En la vida laboral, un gesto o comentario menor puede detonar interpretaciones que crecen hasta convertirse en conflictos difíciles de manejar. Lo que comienza como una percepción aislada puede transformarse en una “bola de nieve” que altera el clima organizacional y debilita la confianza entre los equipos.
Jonathan Golergant, rector de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica que este fenómeno se vincula con la “escalera de la inferencia”, concepto del investigador Chris Argyris. Este mecanismo describe cómo las personas pasan de observar un hecho concreto a interpretarlo bajo sus propios supuestos, generando emociones y acciones que no siempre responden a la realidad. “El problema no es la inferencia en sí, que es parte natural de nuestra forma de pensar, sino cuando dejamos que estas interpretaciones se acumulen sin ser contrastadas con los demás”, señaló Golergant.
Conversaciones para detener la avalancha
Ante esta dinámica, el liderazgo consciente se convierte en una herramienta clave para abrir espacios de conversación que permitan “discutir lo indiscutible”. Según Golergant, este proceso se basa en tres pasos esenciales:
- Observar los hechos con claridad.
- Compartir las inferencias que surgen.
- Indagar si existen otros elementos que no se han considerado.
De esta manera, se evita que las percepciones individuales se conviertan en certezas erróneas que afecten la cohesión del equipo.
“Cuando un líder se atreve a poner sobre la mesa lo que normalmente callamos, está creando condiciones para que la comunicación fluya y las relaciones laborales no se deterioren por supuestos no comprobados”, agregó el rector de la UTP.
Impacto en la organización
La capacidad de frenar a tiempo estas “bolas de nieve” organizacionales marca la diferencia entre empresas que acumulan tensiones y aquellas que transforman los desacuerdos en oportunidades de aprendizaje colectivo.
Para Golergant, un liderazgo que fomenta el diálogo y la indagación permite mantener un nivel razonable de inferencias, reforzar la confianza y consolidar un entorno colaborativo orientado a resultados sostenibles. En este sentido, liderar implica también hacerse cargo de las conversaciones pendientes, dar espacio a diferentes perspectivas y fomentar la apertura como una estrategia de gestión efectiva.