La masa madre de Puratos será el fermento oficial de la nueva panadería en el Museo del Louvre
Lima, julio de 2025.- En una alianza que une arte, tradición y ciencia viva, Puratos, líder global en innovación para panadería, pastelería y chocolate, anunció que su icónica masa madre Vitus ha sido elegida como el fermento oficial de la nueva panadería artesanal del Museo del Louvre, el más visitado del mundo.
Por primera vez, un museo de arte de talla mundial contará con una panadería artesanal en su interior. Bajo la emblemática pirámide de cristal, los reconocidos panaderos Pascal Rigo y Arnaud Chevalier elaborarán cada día panes con Vitus, una masa madre con aromas naturales a uva y miel, y una acidez equilibrada ideal para la panificación artesanal.
Karl De Smedt, bibliotecario de masa madre de Puratos, destacó que Vitus no es cualquier fermento: fue donada en 2017 por la periodista alemana Martina Goernemann y reactivada por él mismo. Desde entonces, ha sido conservada en la Biblioteca de Masa Madre de Puratos, la única en su tipo en el mundo, y ahora inicia un nuevo capítulo como símbolo cultural en el corazón de París.
“La presencia de Vitus en el Louvre confirma lo que ya vivimos en Latinoamérica: la fermentación natural es cultura viva, con profundo arraigo emocional y humano”, señaló Evelyn González, directora de Marketing y Digital para Latinoamérica de Puratos.
Legado y tendencia en una misma plataforma
La fermentación natural está teniendo un resurgimiento en todo el mundo, desde comunidades rurales hasta panaderías urbanas, donde artesanos y emprendedores rescatan técnicas ancestrales y las proyectan hacia el futuro.
La Biblioteca de Masa Madre de Puratos, fundada en 2013 en Bélgica, conserva más de 150 fermentos naturales provenientes de más de 25 países. Su misión no es comercial, sino cultural: preservar la biodiversidad del pan, documentar su historia y celebrar su legado.
Vitus, como cultivo propio de Puratos, se reserva exclusivamente para iniciativas que reflejan el espíritu de esta biblioteca. La alianza con el Louvre es un llamado a repensar el pan como un puente entre el pasado y el futuro, entre la ciencia y el arte, entre el alimento y la memoria.
Esta iniciativa también posiciona a Latinoamérica dentro del diálogo global sobre fermentación cultural, e inspira a panaderos, chefs, museos y ciudades a colaborar desde lo local, con técnicas naturales y sabores auténticos.