El 70% de adolescentes con obesidad sufre bullying y triplica su riesgo de depresión

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Lima, diciembre de 2025.- La obesidad infantil y adolescente en el Perú ya no solo implica un riesgo metabólico, sino también un problema creciente de salud mental y social. Especialistas advierten que el 70% de los adolescentes con obesidad es víctima de bullying, y que este grupo triplica su riesgo de depresión y ansiedad, una combinación que acelera la progresión hacia enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.

Durante una Mesa de Diálogo organizada por ALAFAL junto a El Comercio, con el coauspicio de Adium Perú y Laboratorios Bagó del Perú, expertos analizaron el rápido incremento del sobrepeso y la obesidad en el país, así como su impacto emocional, metabólico y clínico en niños y adolescentes.

Obesidad y diabetes: una relación cada vez más temprana

La presidenta de la Asociación Peruana para el Estudio de la Obesidad y Aterosclerosis (APOA), Dra. Flor Vento, explicó que la obesidad es una enfermedad sistémica e inflamatoria que aparece a edades más tempranas y que abre la puerta a la diabetes tipo 2, condición que representa el 98% de los casos de diabetes en el Perú. Cada vez más niños y adolescentes presentan resistencia a la insulina, dislipidemias y un alto riesgo cardiovascular, señales que antes se observaban principalmente en adultos.

Además, los especialistas advirtieron que el sobrepeso en menores de cinco años pasó de 6% a casi 9% en solo dos años, mientras que en adolescentes la situación ya es crítica: 25% vive con obesidad y 35% con sobrepeso. Para Vento, la tendencia es preocupante: “Si un niño vive con obesidad, es muy probable que se convierta en un adulto diabético”.

El pediatra Roberto Somocurcio, director médico del Instituto de Pediatría Funcional, fue contundente al señalar que “estamos perdiendo la batalla frente a la obesidad infantil”. El aumento del consumo de ultraprocesados y la falta de actividad física están dejando a las nuevas generaciones frente a un riesgo creciente de enfermedades crónicas y dificultades emocionales.

El estigma que enferma: obesofobia y sus efectos

El impacto emocional del peso en niños y adolescentes fue uno de los puntos más discutidos. Somocurcio recalcó que “el estigma no solo hiere, también enferma”. La llamada obesofobia afecta la autoestima, incrementa el cortisol, altera la microbiota intestinal y contribuye a generar resistencia a la insulina, complicando el tratamiento clínico.

Por su parte, el vicepresidente de APOA, Dr. Jorge Tupayachi, advirtió que la falta de reconocimiento oficial de la obesidad como enfermedad agrava la situación del paciente. “Cuando la obesidad no se reconoce como enfermedad, el paciente siente que no merece tratamiento, se queda solo y estigmatizado. No se habla de prevención ni de abordaje, y el sistema termina tratándolo como un problema de carácter y no de salud”.

Los especialistas coincidieron en que el estigma retrasa la búsqueda de atención médica, genera aislamiento social y dificulta la adherencia a los tratamientos nutricionales, psicológicos y farmacológicos.

Herramientas prácticas para el consumo informado

En un contexto donde el consumo de ultraprocesados aumentó un 180%, los expertos propusieron una herramienta sencilla para ayudar a las familias a identificar productos poco saludables: la “regla de los cinco”.

● Si un alimento tiene más de cinco ingredientes, se recomienda no comprarlo.
● Si el azúcar aparece entre los primeros cinco ingredientes, es mejor evitarlo.

Esta guía práctica busca que los consumidores desarrollen criterios simples y aplicables en su día a día para reducir la ingesta de alimentos dañinos y promover elecciones más saludables.

Un cambio necesario en las políticas de prevención

Los expertos también propusieron que los programas públicos de intervención cambien su denominación de “programas de obesidad” a “programas de peso saludable”, con el objetivo de evitar estigmas y mejorar la adherencia de los pacientes.

El modelo recomendado incluye controles periódicos de peso y talla, educación nutricional, promoción de actividad física y una participación más activa de padres y cuidadores.

Asimismo, se destacó una brecha en la formación de los profesionales de la salud. Aunque la mayoría conoce los tratamientos farmacológicos disponibles, muchos no cuentan con entrenamiento adecuado en alimentación saludable, actividad física o higiene del sueño, pilares fundamentales para prevenir la obesidad desde edades tempranas.

La representante del comité médico de ALAFAL, Dra. Samira García, sostuvo que “desde la industria tenemos la responsabilidad de impulsar campañas educativas rigurosas, accesibles y libres de estigmas, que ayuden a reconocer la obesidad como una condición de salud y no como un juicio moral”.

Este encuentro dejó en claro que la obesidad infantil y adolescente en el Perú requiere una mirada integral que considere la salud metabólica, emocional y social, y que coloque al paciente en el centro de la prevención y el tratamiento.

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