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Cultura de la experimentación: un gran desafío para la innovación abierta

La innovación abierta es una estrategia que cada vez gana más terreno en las grandes compañías porque puede reducir costos, abrir nuevos mercados, aportar diferenciación, generar ventajas competitivas y aumentar la satisfacción del cliente. Sin embargo, ¿cómo influye la cultura organizacional en la capacidad de una empresa para adoptar prácticas de este tipo?

La simple implementación de herramientas y prácticas de innovación abierta no garantiza resultados positivos si no existe una cultura organizacional que prepare el terreno para que la misma se desarrolle.

La receta para la transformación hacia una cultura de la innovación incluye: transparencia en la comunicación —superando obstáculos jerárquicos—, incentivos para la colaboración y el trabajo en equipo, confianza y empoderamiento para impulsar la proactividad y la creatividad, una mayor tolerancia a los riesgos y errores para plantear ideas disruptivas que pueden triunfar y, por supuesto, la experimentación.

Personalmente evalúo la experiencia desde dentro de una empresa alemana centenaria con valores sólidos que considera la innovación “tradicional”, centrada en la Investigación y el Desarrollo, como clave para el éxito de la compañía. La robusta inversión anual y el constante impulso innovador de los colaboradores han llevado a la compañía a alcanzar una posición de liderazgo global en I+D en la industria química. Este liderazgo es reflejo de cientos de proyectos de investigación científica centrados en la sustentabilidad, para enfrentar los desafíos de los clientes y acompañarlos en la transición hacia la construcción de soluciones más verdes, como evitar emisiones de CO2 en procesos y productos químicos, lograr la eficiencia energética o impulsar la bioeconomía y economía circular, por ejemplo.

Para el éxito de la innovación abierta, es clave considerar las necesidades y expectativas de los clientes con el objetivo de guiar la búsqueda hacia soluciones eficaces y relevantes. También es fundamental promover la experimentación de los colaboradores en sus diferentes áreas de acción para descubrir las oportunidades más prometedoras.

Me permito compartir aquí los valores de la compañía que integran nuestro esquema de incentivos, porque los considero un pilar importante para la innovación colaborativa: somos creativos, abrazamos ideas audaces y les damos espacio para crecer; somos abiertos, valoramos la diversidad en personas, opiniones y experiencias, cultivamos el respeto y la confianza mutua y aprendemos de los contratiempos; somos responsables, priorizando la salud y seguridad de las personas sobre todo, e incorporamos la sustentabilidad en cada decisión; somos emprendedores, aprovechamos oportunidades y pensamos a futuro con un enfoque en los clientes.

Estas características son importantes, pero el trabajo del cambio cultural hacia la digitalización y hacia la innovación ha tenido otras frentes como lo fue la creación de onono®: nuestro Centro de Experiencias Científicas y Digitales️. Con este hub, además de conectarnos con el ecosistema innovador, buscamos acercar a los colaboradores a esta nueva cultura ofreciendo dinámicas de capacitación, nuevas posibilidades de intraemprendimiento centradas en la digitalización, y programas de incentivos con reconocimientos y recompensas que premian la participación en iniciativas de innovación abierta.

Otro esfuerzo determinante en el cambio cultural de una gran compañía es involucrar a otras áreas de la empresa, como el área de jurídico, para reducir la complejidad y los requisitos que las startups podrían no cumplir para crear nuevos negocios con la empresa. Una cultura flexible y abierta a nuevos enfoques depende, además, de un liderazgo que promueva e incentive conexiones, inspire a sus equipos a participar activamente, mostrando entusiasmo y compromiso con la búsqueda de ideas externas que respondan a desafíos reales.

Estas son, en mi opinión, algunas iniciativas importantes para crear un ambiente fértil para el desarrollo de soluciones disruptivas y la posibilidad de cosechar los frutos de la innovación abierta y prosperar en un escenario cada vez más competitivo. Con este compromiso, estimulando la creatividad, la colaboración y la inteligencia colectiva que contribuye a decisiones más estratégicas, es posible sortear obstáculos como la resistencia al cambio, el miedo a perder el control sobre los procesos y la comunicación inadecuada que dificulta el intercambio de conocimiento.

La cultura organizacional es un factor determinante en la capacidad de una empresa para implementar iniciativas de innovación abierta de manera transversal. Una cultura que promueve la transparencia, la tolerancia al riesgo, la colaboración, el empoderamiento y el enfoque en el cliente, puede crear un ambiente propicio para el desarrollo de estas estrategias, permitiendo que la empresa se adapte y prospere en un escenario de negocios en constante cambio. Entonces, ¿trabajamos juntos para cultivar una cultura que apoye y fomente la innovación abierta?