Cómo cuidar la piel para evitar la flacidez
Con el paso de los años nuestro cuerpo y piel pasan por una serie de cambios que se ven reflejados en la aparición de arrugas, líneas de expresión y flacidez, convirtiéndose esta última en una de las preocupaciones estéticas de toda mujer sin importar su edad. La flacidez es la pérdida de firmeza de la piel y, la mayoría de veces, se acentúa con el paso de los años. Esto se origina principalmente por la disminución del colágeno y elastina, sustancias que son las responsables del sostén de los tejidos del cuerpo.
La flacidez suele aparecer con mayor frecuencia en el rostro (papada, bolsas de ojos y ángulo mandibular) y en otras partes del cuerpo como glúteos, abdomen y cara interna de brazos y muslos. La flacidez obedece a varios factores: genéticos, problemas hormonales (menopausia), fotoenvejecimiento (exceso de radiación solar producida por deshidratación y oxidación celular, aumentando la destrucción de la elastina y el colágeno), sedentarismo, malos hábitos alimenticios, lactancia o embarazo, cambios bruscos de peso, entre otros.
“Para mantener firme la piel y retrasar la aparición de la flacidez, debes llevar un estilo de vida saludable. Por ejemplo, algunos de los hábitos que debes incorporar son: hidratarte correctamente, hacer deporte 2 o 3 veces a la semana, protegerte del sol, dormir lo suficiente y no fumar”, indica la doctora Giulianna Berrocal, especialista del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma.
Además, la Dra. Berrocal explica que existen tratamientos médicos estéticos que pueden ayudar a retrasar la aparición de la flacidez como: los bioestimuladores de colágeno, radiofrecuencia HIFU y el láser electro estimulación, que utilizan tecnología de punta para combatirla. Además, son procedimientos no invasivos que van a permitir mejorar la calidad de la piel.
La doctora Berrocal también comenta que antes de realizarse cualquier procedimiento, el paciente debe recibir una asesoría especializada para determinar aquella que sea la más adecuada y que se ajuste a sus necesidades, al grado de flacidez que presenta, y donde, además, se definirá el número de sesiones que necesitará.