Antecedentes familiares de diabetes: por qué deben incluirse en tu chequeo médico

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Lima, noviembre de 2025.- Tener antecedentes familiares de diabetes aumenta de manera significativa el riesgo de desarrollar esta enfermedad a lo largo de la vida. En el Perú, más de 2 millones 500 mil personas conviven con diabetes, según el Instituto Nacional de Salud (INS), una cifra que podría crecer si no se refuerzan los hábitos de prevención y los controles médicos oportunos. Para quienes tienen padres, hermanos o abuelos con diagnóstico confirmado, los chequeos médicos deben ser más frecuentes y especializados.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad silenciosa y progresiva. Muchas personas transitan por una etapa de prediabetes sin presentar síntomas, lo que retrasa el diagnóstico y aumenta las posibilidades de complicaciones cardiovasculares, renales o metabólicas. Por ese motivo, los especialistas insisten en que la vigilancia médica en personas con antecedentes familiares es fundamental desde edades tempranas, especialmente cuando existen otros factores como sobrepeso, sedentarismo, hipertensión o niveles altos de colesterol.

“Un chequeo integral permite identificar alteraciones metabólicas u hormonales antes de que aparezcan síntomas visibles”, explica la Dra. Maria Quispe Flores, endocrinólogo de la Clínica Stella Maris. La especialista señala que las evaluaciones deben ser completas, no solo análisis básicos de sangre, ya que la diabetes está relacionada con otras funciones del organismo que también pueden verse afectadas.

Estas son las principales pruebas recomendadas para personas con antecedentes familiares de diabetes:

Glucosa en ayunas, test de tolerancia a la glucosa y Hemoglobina glicosilada (HbA1c).
Son los exámenes más importantes para detectar prediabetes o diabetes tipo 2. La HbA1c permite conocer el comportamiento de la glucosa durante los últimos tres meses, incluso si el paciente se siente saludable. Valores alterados indican riesgo elevado y requieren intervención médica inmediata.

Perfil lipídico completo.
Incluye colesterol total, HDL, LDL y triglicéridos. Las alteraciones en el metabolismo de la glucosa suelen estar vinculadas a altos niveles de grasa en la sangre, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esta prueba ayuda a medir la salud del corazón y las arterias.

Pruebas de función tiroidea (TSH y T4 libre).
La tiroides regula el metabolismo, el peso y la energía. Cuando existe historia familiar de diabetes u otras enfermedades autoinmunes, es recomendable evaluar su funcionamiento, especialmente en mujeres.

Evaluación renal.
Pruebas como creatinina, tasa de filtración glomerular y microalbuminuria permiten identificar daño renal en etapas iniciales. Muchas personas descubren complicaciones renales cuando la diabetes ya está avanzada, por lo que un control temprano puede prevenir deterioro progresivo.

Evaluación hepática (TGO y TGP).
El hígado graso está asociado a la resistencia a la insulina. Detectarlo ayuda a prevenir complicaciones como inflamación hepática o disfunción metabólica.

Medición de presión arterial, peso y circunferencia abdominal.
Son indicadores clave para diagnosticar síndrome metabólico y riesgo cardiovascular. La grasa abdominal en exceso suele ser una señal de disfunción metabólica, incluso cuando la glucosa todavía está en rangos normales.

¿Con qué frecuencia realizar el chequeo?

La Asociación Americana de Diabetes recomienda una evaluación anual a partir de los 35 años. Sin embargo, las personas con antecedente familiar de primer grado, sobrepeso, dislipidemia, hipertensión, vida sedentaria o síndrome de ovario poliquístico deben realizar controles antes de esa edad. Para los especialistas, un diagnóstico temprano puede evitar años de complicaciones y tratamientos más costosos.

“La detección temprana sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir complicaciones metabólicas y cardiovasculares”, resalta la Dra. Quispe. La prevención no solo se basa en análisis médicos, sino también en decisiones cotidianas. Alimentación balanceada, actividad física regular, control del peso, dejar el tabaco y evitar alcohol en exceso son medidas que reducen significativamente el riesgo.

Los expertos también recomiendan mantener un historial médico actualizado. Guardar resultados de exámenes, antecedentes familiares y diagnósticos anteriores permite al médico evaluar la evolución del paciente y tomar decisiones más precisas. En el caso de niños y adolescentes con padres diabéticos, se sugiere establecer hábitos saludables desde temprana edad para reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad en la adultez.

La diabetes, al ser progresiva, puede desarrollarse sin causar molestias evidentes. Por eso, un chequeo preventivo integral no debe considerarse un gasto, sino una inversión en salud. Detectar alteraciones pequeñas antes de que aparezcan síntomas es lo que marca la diferencia entre una vida con control y calidad, y una etapa avanzada difícil de revertir.

Quienes deseen programar una evaluación endocrinológica o un chequeo preventivo pueden ingresar a https://www.stellamaris.com.pe, donde encontrarán especialistas y paquetes de exámenes orientados a detectar riesgos metabólicos de manera temprana. Dentro o fuera de un consultorio, lo más importante es actuar a tiempo: la prevención es siempre el mejor tratamiento.

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