Lima, noviembre de 2025.- La compra de un terreno se ha convertido en una alternativa cada vez más valorada por las familias peruanas que buscan construir su primera vivienda y asegurar un patrimonio a largo plazo. El sector inmobiliario muestra un dinamismo creciente, acompañado de mayor oferta, competitividad y oportunidades para quienes buscan iniciar un proyecto que trascienda generaciones.
El impulso del mercado se refleja en las cifras. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Lima, el sector construcción cerraría el 2025 con un crecimiento de 3.8%, dos puntos porcentuales por encima del año anterior. Además, según datos de la Asociación de Empresas Inmobiliarias del Perú (ASEI), las ventas de viviendas en Lima aumentaron 30% durante los primeros meses del 2025, mientras que el número de proyectos activos subió de 892 a 991. Todo ello evidencia un entorno más competitivo y con una oferta más amplia para las familias.
Para Menorca Inversiones, compañía con más de 25 años de experiencia en el desarrollo de proyectos inmobiliarios, la decisión de adquirir un terreno representa un momento trascendental. “La primera casa marca un antes y un después en la vida de las familias. Cuando ese sueño se multiplica —lo que en Menorca llamamos sueños al cuadrado— se convierte en un proyecto de vida que trasciende generaciones. Elegir una empresa confiable es clave, porque no se trata solo de adquirir un espacio, sino de tomar una decisión que acompañará a la familia durante décadas”, sostiene Manuel De La Barrera, Gerente Comercial de la compañía.
Para acompañar a los futuros compradores en este proceso, Menorca presenta el ABC de factores esenciales para elegir un terreno con seguridad, confianza y visión de largo plazo.
A. Ubicación estratégica
La ubicación es el punto de partida para cualquier compra inmobiliaria. Un terreno bien ubicado debe ofrecer accesibilidad a vías principales y cercanía a servicios básicos como centros de salud, colegios, comercios y transporte público. Estas condiciones no solo facilitan la vida diaria, sino que potencian la futura valorización del predio.
Para evaluar si una zona tiene potencial de crecimiento, es recomendable revisar si existen obras públicas proyectadas —nuevas avenidas, transporte, centros comerciales—, consultar los planes de desarrollo urbano de la municipalidad o identificar la presencia de nuevos proyectos inmobiliarios en la zona. Estos indicadores muestran hacia dónde se expande la ciudad y ayudan a anticipar el crecimiento de la inversión.
B. Habilitación urbana
Más allá de la ubicación y el precio, un aspecto determinante es la habilitación urbana del terreno. Esta condición garantiza que el lote cuente con acceso a agua, luz, desagüe y vías pavimentadas, elementos indispensables para que la vivienda pueda desarrollarse en condiciones óptimas.
La habilitación urbana confirma que el terreno está realmente preparado para uso residencial y evita contratiempos al momento de construir. Muchas veces, los compradores pasan por alto este detalle, lo que puede generar retrasos o costos adicionales en el futuro. Un proyecto habilitado es sinónimo de orden, planificación y garantía de habitabilidad.
C. Legalidad, formalidad e inversión confiable
Antes de concretar una compra, es esencial verificar la legalidad del terreno: confirmar la propiedad, revisar la zonificación y asegurarse de que el uso permitido sea compatible con vivienda. La formalidad de la empresa inmobiliaria y la existencia de lotes habilitados brindan mayor seguridad durante todo el proceso.
Además de la tranquilidad legal, los terrenos formales se han consolidado como una alternativa de inversión con alta proyección. Mientras los depósitos a plazo ofrecen rendimientos entre 5% y 7%, los terrenos pueden revalorizarse entre 10% y 15% al año.
Ejemplos recientes confirman esta tendencia. En Menorca, proyectos como San Antonio de Pachacamac 1 incrementaron su valor en 28% por m² en cinco años, mientras que Lirios de Carabayllo aumentó 22% desde el 2023. Su valorización sostenida los convierte en activos estables, independientes de fluctuaciones financieras y sin costos administrativos recurrentes.
En esta línea, Menorca desarrolla una oferta diversa que responde a estos criterios con proyectos en Lima y a nivel nacional. Entre ellos destacan Lirios de Carabayllo, San Antonio de Pachacamac, así como alternativas de vivienda en formato condominio: Villas de San Antonio de Chorrillos, Costalinda de Chilca, Las Rompientes de Punta Rocas y Villas Punta Mar de Punta Hermosa. Todos sus desarrollos cuentan con habilitación urbana, una ubicación estratégica y opciones de financiamiento directo.
Con cada proyecto, Menorca reafirma su compromiso con el bienestar y el progreso de las familias peruanas, impulsando una visión que va más allá de los metros cuadrados para valorar lo que un terreno representa: estabilidad, oportunidades y futuro.
