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Alerta: Mafias mineras de Huamachuco extienden sus operaciones en Quiruvilca

Las mafias mineras que operaban en el cerro El Toro en Huamachuco (Sánchez Carrión)  están propagándose hacia otros lugares del ande de La Libertad. Una de las zonas es el distrito de Quiruvilca, provincia de Santiago de Chuco, localidad que se ha convertido en tierra de nadie y está concentrando la mayor parte de las acciones criminales que genera la minería ilegal.  

Los pobladores de las comunidades aledañas advierten  del aumento de mineros ilegales que extraen carbón y que afectan el agua de una quebrada. También están los que extraen polimetales con cianuro y usan explosivos, echando los desechos al cauce del río Moche.

Mudanza Ilegal

Una investigación periodística pone en alerta que estos mineros ilegales que han llegado a Quiruvilca son los que trabajaban en las labores mineras del cerro El Toro, las cuales fueron recientemente clausuradas como la de los hermanos García, la de Jorge Espejo Moreno. Tras el esfuerzo de autoridades, las instituciones reguladoras y el apoyo de la minería formal pudieron erradicar una parte de la minería ilegal que avanzaba sin control en Sánchez Carrión.  

Según versiones obtenidas en la zona de Quiruvilca, para abrir un socavón hay que pagar a las mafias del lugar 30 mil soles. Solo por el hecho de llegar. Luego se pagan otros rubros donde, incluso, se registran pagos a organizaciones criminales para la debida protección. No hay ningún control policial. Todos saben que la minería ilegal compra silencio y, en ocasiones, la complicidad fiscal a la hora de las denuncias, advirtieron los lugareños.

Los efectivos de la Policía Nacional asignados en la zona, solo se limitan a parar a los colectivos que circulan en la ruta y a pedir colaboración. Los pobladores lamentan que el dinero de la minería ilegal impide que se tomen medidas inmediatas contra la depredación y el daño al medioambiente que ocasionan los socavones ilegales desde hace varios años en esta localidad del ande liberteño.

En esta zona plagada de socavones fue visto Basilio Gonzales, sindicado de dirigir un sistema de socavones en un bosque de Huamachuco, se ha expandido en Quiruvilca para seguir en el negocio de la minería ilegal.  Los pobladores en Huamachuco lo  vinculan como socio de Fernando Polo Espejo, propietario del bosque de extenso follaje que sirve para camuflar los socavones que,  luego de las inspecciones policiales y entidades de control ambiental, las actividades extractivas están paralizadas.

Polo Espejo gracias al Registro de Formalización Minera (Reinfo), que es utilizado por los ilegales como fachada para operar, siguió arrasando el bosque de Huamachuco. Sin embargo, ante la imposibilidad de seguir escondiéndose en el bosque, por la presencia e inspección policial,  los ilegales habrían optado ir hacia Quiruvilca para seguir depredando el medioambiente e incluso explotando a menores de edad que los movilizan desde Huamachuco.

Hace tres meses, Yober Cruz González, huamachuquino de 17 años, murió en un socavón ilegal de Quiruvilca. Según las informaciones obtenidas en el lugar, trabajaba junto a su cuñado. Ambos inhalaron gases tóxicos. Uno falleció en el acto y el otro quedó grave. Rafael López fue sindicado como el dueño de ese socavón ilegal y, hasta la fecha, jamás se hizo responsable. Una historia que se repitió varias veces en el cerro El Toro durante los últimos años.

Sin solución

Las relaveras San Felipe y Santa Catalina están cerca de los caseríos Shorey Grande, Shorey Chico y del río Moche. La unidad minera Quiruvilca es un proyecto de mediana minería subterránea polimetálica que fue abandonado sin que se ejecute un plan de cierre. Se fueron y dejaron todo a merced de los mineros ilegales.

Si bien los Ministerios del Ambiente (Minam) y de Energía y Minas (Minem) han coordinado acciones para enfrentar la contaminación en Quiruvilca, estas han sido inútiles. Hoy, cuando se viaja de Trujillo a Huamachuco se puede ver la proliferación de socavones ilegales, de covachas donde duermen personas y se almacena explosivos.