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Seis errores comunes al planificar centros comerciales y cómo evitarlos

Lima, mayo de 2025.- Desde flujos mal diseñados hasta desconexión con el público objetivo, existen errores que, aunque frecuentes en el desarrollo de centros comerciales, pueden afectar seriamente la experiencia del visitante, el desempeño de los locatarios y la reputación del operador. Rodrigo Conroy Ganoza, especialista en planificación de espacios comerciales, explica cómo evitarlos con una mirada estratégica desde el diseño.

Planificar un centro comercial no se limita a distribuir locales y habilitar zonas comunes. Requiere entender a los consumidores, anticipar su comportamiento y crear un entorno rentable y sostenible en el tiempo. A continuación, los seis errores más comunes:

1. No planificar el flujo de personas ni sus motivaciones
Pensar solo en la ubicación de los locales, sin anticipar cómo se moverán los visitantes, genera confusión y reduce el tiempo de permanencia. El recorrido de los usuarios está condicionado por la ubicación de tiendas ancla, accesos, servicios y señalización. Un buen diseño distribuye a las personas de forma orgánica y estratégica, basado en sus motivaciones: compra, paseo, entretenimiento o gastronomía.

2. Diseñar desde la estética y no desde la funcionalidad
La imagen visual es importante, pero debe estar subordinada a la lógica operativa. Un diseño que no considera circulación de personal, manejo de residuos o flexibilidad para cambios, perjudica la operatividad diaria. La estética debe servir al negocio, no entorpecerlo.

3. Desconocer al público objetivo
Diseñar sin tener clara la audiencia del proyecto puede condenarlo al fracaso. Todo —desde la selección de marcas hasta el mobiliario— debe responder al estilo de vida, aspiraciones y necesidades de los usuarios reales del entorno.

4. Saturar los espacios o desaprovechar el metraje
Un centro comercial puede fallar tanto por exceso como por carencia. La sobrecarga de locales o mobiliario genera ruido visual y dificulta el tránsito. Por el contrario, los espacios vacíos mal gestionados restan rentabilidad. Cada metro cuadrado debe ser evaluado en función de su valor comercial, funcional o experiencial.

5. Ignorar la coherencia con la marca del centro
La identidad del centro debe estar presente en cada elemento físico y sensorial. Cuando el diseño no refleja una propuesta clara de marca, se pierde conexión con el público. Colores, señalética, iluminación y mobiliario deben comunicar una personalidad definida.

6. No diseñar una experiencia multisensorial
Competir por la atención del consumidor exige más que funcionalidad. Música, aromas, texturas y luz influyen en la percepción del espacio y aumentan el tiempo de permanencia. Ignorar estos elementos puede convertir al centro en un lugar frío y genérico.

Evitar estos errores mejora no solo la operación diaria del centro, sino su posicionamiento frente a consumidores cada vez más exigentes. Diseñar con visión estratégica permite transformar un desarrollo inmobiliario en un espacio vivo, rentable y memorable.