Medicamentos dañados por el calor pueden provocar cólicos, intoxicaciones, mareos, vómitos y alergias
La Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud (Minsa) advirtió que el consumo de medicamentos dañados como consecuencia de su exposición al calor y la luz solar podría afectar la salud de las personas, pues debido a su deterioro, no solo pueden perder sus propiedades terapéuticas, sino también provocar algunos efectos no deseados como cólicos, intoxicaciones, mareos, vómitos, alergias, entre otros.
“Las altas temperaturas que se registran durante el verano, pueden alterar y dañar los medicamentos que no se conserven adecuadamente, es decir, aquellos expuestos a la luz del sol, fuentes de calor como la cocina o lugares con humedad como lavaderos y el cuarto de baño”, explicó la coordinadora de las farmacias institucionales de la Digemid, Janireth Pahuara.
En tal sentido, recomendó realizar una cuidadosa observación del aspecto de los medicamentos antes de utilizarlos, con el fin de determinar si se mantienen en condiciones óptimas para su consumo o si están en proceso de descomposición.
“Si observamos que las pastillas e inyectables cambiaron de color y consistencia, ya no debemos utilizarlos. Lo propio ocurre con las cremas, ungüentos, gotas oftálmicas y preparados farmacéuticos cuyo aspecto, color y olor se encuentren alterados; también en el caso de los supositorios y óvulos si están derretidos. Asimismo, si los jarabes presentaran capas extrañas o granulaciones es momento de desecharlos”, detalló.
Pahuara también explicó que los productos que con mayor frecuencia se descomponen en el verano son las cremas y gotas oftálmicas, seguidas por los jarabes, inyectables y tabletas.
“El peligro para la salud es mayor cuando se rompe la cadena de frío de los medicamentos que requieren refrigeración, como las vacunas, insulina, colirios y algunos antibióticos que han sido expuestos a la luz del sol o al calor”, enfatizó.
¿Cómo conservarlos en casa?
La especialista recomendó guardar los medicamentos en un lugar fresco, siguiendo cuidadosamente las indicaciones para su adecuada conservación que se encuentran en el inserto del producto, lejos de lugares con calor y humedad.
“Si un medicamento no ha sido almacenado adecuadamente pierde sus propiedades terapéuticas y no se puede garantizar su eficacia; en consecuencia, no debe ser utilizado”, recalcó.