Los accidentes cerebrovasculares en niños ocurren: 10 Cosas que debe saber
El accidente cerebrovascular (ACV) pediátrico o ictus se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe ya sea por una ruptura del vaso sanguíneo (ACV hemorrágico) o por un coágulo de sangre (ACV isquémico), y puede afectar a niños de cualquier edad. Aunque no son muy frecuentes, es importante aprender sobre los síntomas, factores de riesgo y tratamiento de esta enfermedad. La doctora Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma, brinda información al respecto.
- Según la edad de aparición, el ACV isquémico se clasifica en: Neonatal, cuando se diagnostica entre la semana 20 de gestación y los 28 días de vida. Arterial posnatal, cuando se produce después de los 28 días de vida y el presumiblemente Perinatal, que se detecta en niños mayores de 28 días, usualmente por una asimetría motora y cuando en las pruebas de imagen se observa un infarto antiguo probablemente producido en el periodo pre o perinatal.
- Puede ser provocado por enfermedades cardiacas, infecciones, trastornos de la coagulación, traumatismos, anomalías genéticas, enfermedades metabólicas y anomalías vasculares.
- Sus síntomas varían según la zona del cerebro afectada y la edad del pequeño. Algunos signos de alerta son: debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, dificultad para hablar o entender, pérdida de visión, dolor de cabeza intenso, convulsiones, alteración de la conciencia o del comportamiento, cefalea hiperaguda (el peor dolor de cabeza de su vida), mareos e inestabilidad.
- El diagnóstico se basa en los síntomas que presenta el niño, casi siempre informado por su cuidador, examen neurológico y pruebas de imagen como tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM).
- El tratamiento depende del tipo y causa del ACV. Puede incluir anticoagulación o antiagregación plaquetaria, estabilización del pequeño en una unidad de monitoreo intensivo para prevenir complicaciones respiratorias y/o cardiacas, mantener una buena hidratación, advertir posibles convulsiones o tratar la inflamación o edema cerebral. En algunos casos, el paciente puede necesitar una cirugía para extraer la hemorragia o reparar los vasos sanguíneos lesionados si se presentan malformaciones vasculares.
- El proceso de recuperación del pequeño es variable: depende de la extensión de la lesión cerebral, edad y posibles complicaciones.
- La rehabilitación es multidisciplinaria: control neurológico, cardiológico, hematológico, psicológico tanto para el niño como la familia. Además de rehabilitación física, terapias cognitivas, de aprendizaje y memoria para evitar secuelas físicas, emocionales, sociales, entre otras.
- Algunas secuelas son temporales, otras permanentes. Principalmente, afectan las capacidades motoras, lenguaje, aprendizaje, memoria, atención, estado de ánimo y relaciones interpersonales.
- Si su hijo ha sufrido un ACV recuerde que no está solo. Los médicos y terapeutas estarán para ayudarlo, no dude en realizar todas las preguntas necesarias para despejar sus dudas. Busque grupos de apoyo, si lo considera necesario.
- Muchos niños que han tenido un ACV pueden volver a aprender a usar sus brazos, piernas y a hablar con un reentrenamiento cerebral. Este proceso puede ser lento y requiere constancia.