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Lo que tu cuerpo necesita para mantenerse fuerte después de los 50

Lima, agosto de 2025.- Cumplir más de 50 años no significa perder vitalidad, sino aprender a escuchar al cuerpo y adaptarse a sus nuevas necesidades. En esta etapa, la fuerza, la movilidad y los hábitos saludables se convierten en pilares fundamentales para sostener la salud física y emocional.

El cuerpo experimenta una transición natural: pérdida progresiva de masa muscular, menor densidad ósea, reflejos más lentos y un tiempo de recuperación más largo. Sin embargo, lejos de ser una limitación, representa la oportunidad de reconfigurar la forma de vivir. El movimiento ya no es un pasatiempo, sino la clave para mantener independencia, energía y bienestar mental.

“Muchos llegan pensando que ya es tarde para empezar, pero la realidad es que nunca han necesitado tanto moverse como ahora. El secreto está en elegir bien qué hacer y en qué orden”, afirma Sergio Pérez, jefe del departamento técnico de Smart Fit.

De acuerdo con el especialista, existen cuatro pilares que ayudan a fortalecer cuerpo y mente en esta etapa:

1. Entrenamiento de fuerza.
La fuerza es la nueva aliada después de los 50. La pérdida de músculo afecta el metabolismo y la capacidad de realizar tareas diarias, pero con constancia se puede revertir. Ejercicios básicos como sentadillas, flexiones y dominadas ayudan a recuperar masa muscular. Con el tiempo, se recomienda sumar mancuernas o bandas elásticas. Tres sesiones semanales son suficientes para comenzar a notar cambios en la postura y la vitalidad.

2. Fortalecimiento óseo.
La densidad ósea disminuye con la edad, aumentando el riesgo de fracturas. Para proteger los huesos, se recomienda una alimentación rica en calcio, adecuada ingesta de vitamina D (con asesoría profesional si se requiere suplementar) y proteína de calidad. Además, el entrenamiento de fuerza estimula la formación ósea, logrando un beneficio doble: músculos y huesos más resistentes.

3. Trabajo de movilidad.
La flexibilidad es clave para prevenir lesiones y mejorar la calidad de vida. El envejecimiento y el estrés generan tensión muscular, especialmente en la zona lumbar y los isquiotibiales. Por ello, es importante incluir estiramientos tras los entrenamientos o después de periodos largos de sedentarismo. Esto mantiene el cuerpo ágil y ayuda a reducir dolores.

4. Cardio moderado.
El corazón también requiere atención. Caminar a paso rápido, nadar o pedalear son opciones que fortalecen el sistema cardiovascular sin sobrecargar las articulaciones. Lo ideal son al menos 150 minutos a la semana, distribuidos en sesiones de 30 minutos.

Más allá de lo físico, el ejercicio regular incide directamente en la mente: reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y ayuda a mantener la claridad mental.

“Después de los 50, el objetivo no es correr más rápido o levantar más peso como antes, sino vivir cada etapa con la mayor vitalidad posible”, concluye Pérez.