¿Cómo superar el síndrome del impostor en el trabajo?
Lima, 17 de junio de 2025.– ¿Alguna vez has sentido que no merecías tu cargo o que tus logros no se deben realmente a tu talento? Esa sensación tiene un nombre: síndrome del impostor. Aunque no es un trastorno clínico, afecta la salud emocional de muchos profesionales y puede limitar seriamente su desarrollo dentro de una organización.
Un estudio elaborado por LHH DBM Perú en 2023 reveló que el 62 % de los trabajadores peruanos ha experimentado pensamientos relacionados con el síndrome del impostor en algún momento de su carrera. Esto incluye sentir que no están preparados para asumir nuevos retos, minimizar sus logros o vivir con el temor de “ser descubiertos” como un fraude profesional.
“El síndrome del impostor puede traducirse en inseguridad, miedo al fracaso y resistencia a asumir nuevos retos. Es un enemigo silencioso del desarrollo profesional, porque impide que las personas reconozcan su valor y se proyecten con confianza en sus organizaciones”, señala Giancarlo Ameghino, Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland.
¿Cómo identificar el síndrome del impostor?
Aunque sus síntomas varían según cada persona, hay señales comunes que pueden alertarnos:
- Pensar que el éxito se debe a la suerte o factores externos.
- Sentir que no se es tan competente como los demás creen.
- Dificultad para aceptar elogios o reconocimientos.
- Evitar postular a promociones o asumir desafíos por miedo a “no estar a la altura”.
Recomendaciones para superarlo
De acuerdo con el equipo de desarrollo humano de Grupo Crosland, es posible gestionar este síndrome mediante estrategias personales y acompañamiento profesional. Estas son algunas claves:
- Aceptar que existe: Reconocerlo es el primer paso. No se trata de una debilidad, sino de una experiencia emocional común.
- Revisar tus logros: Llevar un registro de tus metas y avances permite tener una visión objetiva de tu rendimiento.
- Evitar comparaciones constantes: Cada trayectoria es distinta; compararte puede aumentar la ansiedad.
- Buscar retroalimentación sincera: Los comentarios de jefes o colegas de confianza ayudan a equilibrar la percepción propia.
- Invertir en tu bienestar emocional: Programas de desarrollo personal, liderazgo o coaching fortalecen la seguridad y autoestima.
“Superar el síndrome del impostor no significa eliminar toda duda, sino aprender a gestionarla sin que limite nuestras decisiones. El entorno también influye: los líderes tienen el reto de generar culturas laborales que valoren el esfuerzo y fomenten la autoconfianza”, añade Ameghino.
El síndrome del impostor no solo afecta a la persona que lo padece, sino que puede impactar también en el rendimiento de los equipos. Las organizaciones que promueven culturas de confianza, reconocimiento y aprendizaje continuo pueden ser aliadas clave en su prevención.