¿Cómo lograr la visibilidad del talento femenino hoy en día?
En números absolutos, en el mundo hay menos mujeres que hombres trabajando. Y esta brecha crece conforme la responsabilidad profesional es mayor, hasta alcanzar un diferencial máximo en la alta dirección. Es así, que el trabajo autónomo y el emprendimiento se comportan, lamentablemente, de la misma manera.
Bajo ese contexto, según un estudio de la consultora de comunicación, marketing digital y asuntos públicos, LLYC, existen una serie de dificultades que se deben superar para que la mujer actual pueda tener la visibilidad que se merece en el ámbito laboral.
La falsa idea sustentatoria, por parte de la sociedad, de que la mujer profesional no es ambiciosa sigue arraigada en la mente de varios. Existe una creencia errónea de que, en el ámbito laboral, las mujeres son menos ambiciosas, de forma que, si no alcanzan funciones de máxima jerarquía no es porque no se les presente la oportunidad, sino porque en realidad no quieren desempeñarlas. Pero la realidad es que las mujeres muestran el mismo nivel de ambición que los hombres y este no disminuye luego de ser madres.
Asimismo, se presenta la dificultad del trabajo no remunerado, la cual imposibilita a la mujer a seguir creciendo profesionalmente. La cantidad de tiempo que las mujeres dedican a las tareas no remuneradas -como los cuidados de la familia y atención al hogar- es muy superior al que dedican los hombres. Esto imposibilita que la mujer pueda dedicar menos tiempo a su carrera, lo que generaría la pérdida de oportunidades profesionales.
Por otro lado, la diferencia salarial es otra problemática que se tiene que tener en cuenta, ya que en muchas ocasiones, los hombres cobran más por el mismo trabajo que las mujeres. Se calcula que la brecha salarial, entre menores de 25 años, es menor al 1% de diferencia. Pero esto cambia cuando la mujer alcanza los 30 años, ya que la brecha salarial se da a notar.
En un experimento de la psicóloga Corinne Moss-Racusin, se envió el mismo currículo a 127 empleadores, con la única diferencia de que el nombre del candidato era femenino y la otra mitad eran hombres. Se calificó al hombre como significativamente más competente y adecuado para ocupar el puesto y se le ofreció un mayor salario inicial. Esto evidencia los sesgos existentes que crean obstáculos al progreso de la mujer en la jerarquía corporativa, situándola en una posición de clara desventaja.
En conclusión, a través de este estudio, se demuestra que los avances del empoderamiento de las mujeres en el ámbito laboral son lentos, a pesar de las tendencias de igualdad en la sociedad. Uno de los problemas mencionados es el que impide ser visible a las profesionales, bien por cuestiones intrínsecas o extrínsecas. Esto demuestra que se tiene que buscar urgentemente ofrecer herramientas de formación como gran oportunidad para revertir la situación actual y sobre todo, trabajar en proyectos que permitan darles esa “ventana de visibilidad” al éxito de las mujeres.