Cómo la inteligencia artificial potencia el talento humano en las empresas peruanas

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Lima, octubre de 2025.- La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un catalizador del talento humano dentro de las organizaciones, impulsando una nueva forma de productividad basada en la creatividad, la estrategia y la innovación. Así lo señala Javier Albarracín, director del Centro de Tecnología y Transformación Digital de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), quien sostiene que el verdadero impacto de esta tecnología dependerá de las decisiones de liderazgo que tomen las empresas en los próximos años.

Según Albarracín, la IA ha dejado de ser una simple herramienta de optimización para transformarse en una aliada que multiplica las capacidades de los colaboradores. “Ya no se trata solo de incrementar un poco la productividad, sino de multiplicar lo que cada colaborador puede lograr”, afirma. En su opinión, un equipo que domina las herramientas basadas en inteligencia artificial no solo realiza las mismas tareas con menos esfuerzo, sino que genera un valor exponencial con los mismos recursos.

Una nueva ecuación de productividad

El especialista explica que la IA está redefiniendo los modelos tradicionales de productividad laboral. “Antes, la productividad se medía con una ecuación simple: cuánto produces por hora trabajada. En cambio, con la IA, la ecuación se parece más a esta: valor de IA = producción multiplicada × calidad mejorada × velocidad acelerada”, sostiene Albarracín.

La inteligencia artificial facilita este cambio al automatizar tareas repetitivas, generar ideas de contenido en minutos y analizar datos en tiempo real, liberando tiempo y energía para que el talento humano se enfoque en áreas estratégicas como la innovación, la creatividad y la toma de decisiones.

Este cambio de paradigma implica que las empresas peruanas no deben ver la tecnología como un gasto o un medio de ahorro, sino como una inversión en su capital humano. “Para los líderes empresariales, esto implica replantear cómo calculan el retorno de la inversión, reconociendo que el verdadero beneficio reside en el crecimiento de capacidad productiva sin incrementar el número de colaboradores”, añade el experto.

Tres niveles para aprovechar el potencial de la IA

Albarracín identifica tres niveles críticos que las organizaciones deben abordar para convertir la inteligencia artificial en un motor de crecimiento sostenible:

  1. Redefinir las métricas de éxito.
    Las medidas tradicionales de eficiencia deben complementarse con indicadores que reflejen el valor amplificado, como la profundidad analítica, la velocidad de innovación o el impacto estratégico de los proyectos. “Para crear hay que creer. Y lo que hay que creer es que nuestra capacidad de potenciar el trabajo está a nuestro alcance gracias a las herramientas IA”, afirma Albarracín.
  2. Invertir en capacidades, no solo en herramientas.
    Adquirir software no basta. “La diferencia entre adoptar tecnología y multiplicar valor radica en cómo se implementa”, asegura el especialista. Para ello, es necesario rediseñar los flujos de trabajo, capacitar a los equipos y fomentar una cultura organizacional que promueva el uso efectivo de la tecnología. Las empresas exitosas —añade— destinan una parte importante de su presupuesto tecnológico a la transformación organizacional y al desarrollo del talento digital.
  3. Escalar el valor amplificado.
    Una vez identificadas las actividades que pueden potenciarse con IA, las organizaciones deben realizar proyectos piloto que midan resultados cuantificables. “Una vez validada la oportunidad, se debe proceder a una implementación a gran escala, ajustando los indicadores clave de rendimiento (KPI) y los sistemas de compensación para premiar la multiplicación de valor”, explica.

Liderazgo para una nueva era

Para Albarracín, la transición hacia un modelo donde la inteligencia artificial amplifica el talento humano no es solo una decisión tecnológica, sino de liderazgo. Los directivos deben ser capaces de visualizar cómo la IA redefine los límites del trabajo y, a la vez, motiva a sus equipos a adoptar una mentalidad de crecimiento continuo.

“El reto de los líderes no es reemplazar personas por tecnología, sino potenciar el valor de las personas a través de la tecnología. La IA no compite con el talento humano: lo amplifica. Esa es la verdadera revolución que estamos viviendo”, puntualiza el experto de la UTP.

En un contexto donde la automatización avanza y la competitividad global exige resultados inmediatos, las empresas que logren integrar la inteligencia artificial con visión estratégica serán las que lideren la nueva era del talento digital.

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