Lima, diciembre de 2025.- El incremento de reuniones sociales, el consumo elevado de alcohol y las comidas abundantes propias de las fiestas de fin de año están generando un efecto poco visible pero relevante en la salud cardiovascular. Especialistas advierten un aumento de casos del llamado síndrome del corazón festivo, una alteración del ritmo cardíaco que suele manifestarse durante o después de periodos de excesos, incluso en personas sin antecedentes de enfermedad cardíaca.
El síndrome del corazón festivo es una arritmia temporal, generalmente fibrilación auricular, que aparece tras una ingesta elevada de alcohol, especialmente en contextos de celebraciones prolongadas. El Dr. Antonio Lewis Camargo, cardiólogo de Cleveland Clinic, explica que el alcohol tiene un impacto directo sobre el músculo cardíaco, ya que altera el equilibrio de los electrolitos y puede desencadenar ritmos irregulares. A ello se suman otros factores habituales de esta época, como las comidas copiosas, el estrés emocional y la falta de descanso adecuado.
Según el especialista, el riesgo aumenta cuando el consumo de alcohol supera las cinco bebidas en un corto periodo de tiempo. Sin embargo, aclara que no se trata de un único detonante. “El alcohol es el factor más común, pero también influyen el exceso de comida —especialmente salada—, la deshidratación, la pérdida de electrolitos y el estrés emocional”, señala. Estas condiciones suelen coincidir durante reuniones familiares, celebraciones empresariales o encuentros sociales que se extienden por varias horas.
Uno de los aspectos que más preocupa a los especialistas es que este síndrome no distingue edad ni condición física. El Dr. Camargo precisa que puede presentarse incluso en personas jóvenes y aparentemente sanas. “Sí, puede ocurrir en personas sin historial cardíaco previo. No obstante, el riesgo es mayor en quienes tienen hipertensión, diabetes, apnea del sueño, obesidad o más de 65 años”, indica. Esta característica hace que muchos pacientes subestimen los síntomas o los atribuyan únicamente al cansancio propio de las fiestas.
Entre las señales de alerta que requieren atención médica inmediata se encuentran las palpitaciones, el dolor en el pecho, la falta de aire, así como la fatiga intensa o debilidad. El cardiólogo advierte que, ante la presencia de estos síntomas, es fundamental acudir a un servicio de urgencias y evitar conducir. “Estos signos pueden indicar un episodio serio que necesita evaluación inmediata”, enfatiza, recordando que una atención oportuna reduce el riesgo de complicaciones mayores.
Además, el especialista subraya que, aunque en muchos casos el síndrome del corazón festivo es transitorio y se resuelve cuando desaparecen los factores desencadenantes, no debe minimizarse. La fibrilación auricular, incluso cuando es temporal, puede aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares si no se evalúa correctamente. Por ello, insiste en la importancia de escuchar al cuerpo y no normalizar síntomas que alteran el ritmo habitual del corazón.
En cuanto a la prevención, el Dr. Camargo comparte una serie de recomendaciones clave para atravesar la temporada de celebraciones con menor riesgo cardiovascular. Entre ellas destacan evitar o limitar el consumo de alcohol, moderar las porciones de comida, especialmente aquellas con alto contenido de sal, y mantener una adecuada hidratación. Asimismo, resalta la importancia de dormir bien, manejar el estrés emocional y mantener una actividad física regular, incluso durante los días festivos.
Estas medidas, señala el especialista, no buscan eliminar el disfrute propio de las celebraciones, sino promover hábitos más conscientes que protejan la salud del corazón. “El cuerpo suele enviar señales claras cuando algo no está bien. Prestarles atención es clave para prevenir problemas mayores”, concluye.
En un contexto donde las fiestas suelen asociarse con excesos normalizados, los expertos recuerdan que el síndrome del corazón festivo es una manifestación concreta de cómo ciertos hábitos pueden impactar directamente en la salud cardiovascular, incluso de forma inesperada, reforzando la importancia del equilibrio durante esta época del año.
