Acné: qué hacer (y qué no) cuando lo padeces
El acné es una afección cutánea multifactorial que no solo afecta el bienestar de la piel, sino también la calidad de vida de las personas que lo padecen. Identificar su origen es complejo, puesto que esta enfermedad se puede desencadenar por factores hormonales, metabólicos, genéticos, producción excesiva de sebo, acumulación de células muertas superficiales, dieta, estrés, medicamentos, uso de productos cosméticos inadecuados, entre otras causas.
Asimismo, se manifiesta como granos, espinillas, puntos negros, quistes o nódulos, y puede aparecer en varias partes del cuerpo, pero es más común en la cara, el cuello, la espalda, el pecho y los hombros.
“El acné puede afectar la piel de diversas maneras, dependiendo de su grado de severidad. Las primeras lesiones suelen manifestarse como pequeños abultamientos de color negro o blanco, conocidos como comedones abiertos (puntos negros) y comedones cerrados (puntos blancos), respectivamente. Con el tiempo, estas lesiones pueden evolucionar y volverse más inflamadas, adoptando un color más sonrosado o rojo. A medida que la inflamación aumenta y se acumulan bacterias, las lesiones pueden progresar a formas más severas, como nódulos y quistes, característicos del acné grave”, afirma la Lic. Ana Martinez Saucedo, docente de la carrera de cosmiatria del Inst. Carrión.
Teniendo en cuenta lo mencionado, la especialista brinda algunas pautas sobre qué hacer (y qué no) si una persona presenta acné.
Debes hacer:
- Limpiar tu piel adecuadamente: La limpieza de tu piel será sumamente importante, así como los instrumentos que uses para ello. Utiliza una toalla descartable para secarte el rostro y evitar que las lesiones que aparezcan sean manipuladas en casa. Por favor evita colocarte limpiadores muy fuertes, o lavarte el rostro muchas veces al día, porque pueden empeorar tu condición. Dos veces al día serán suficiente.
- Proteger tu piel del sol: Aplica un protector solar de SPF 50+ todos los días, incluso si el día está nublado. La exposición al sol puede empeorar las manchas oscuras y cicatrices dejadas por el acné, además de aumentar el riesgo de daño en la piel.
- Mantener una dieta equilibrada: Los estudios sugieren que ciertos alimentos pueden empeorar el acné en algunas personas. Trata de limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares refinados y lácteos, y en su lugar, opta por una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
- Visitar a profesionales calificados en cuidado de piel. Lo mejor siempre será que visites a un especialista en piel, un profesional con conocimientos que pueda tratar tu acné, el dermatólogo es el especialista en piel, es quién te recetará medicamentos para que detener el crecimiento de bacterias características de esta afección La cosmeatra tratará la parte aplicativa.
No debes hacer:
- Exprimir o tocar los granos: Aunque sea tentador, exprimir los granos puede empeorar la inflamación y aumentar el riesgo de infección. El acné presenta varios tipos de lesiones, las cuales son estudiadas por las cosmiatras y, por su puesto, por los dermatólogos. Solo una cosmiatra calificada puede realizar el retiro de estas impurezas, debido a que va a saber exactamente qué puede manipular y qué no debe manipular, para que la inflación no se propague y evitar las tan odiadas marcas del acné.
- Usar productos comedogénicos: Evita los productos para el cuidado de la piel que contienen aceites pesados, fragancias o ingredientes comedogénicos, debido a que este último, obstruye los poros produciendo imperfecciones como espinillas, barritos o granos. Busca productos etiquetados como «no comedogénicos» o «oil-free».
- Descuidar la limpieza de objetos que tocan tu rostro: Lava regularmente las fundas de almohada, las toallas y cualquier objeto que entre en contacto con tu rostro para evitar la acumulación de bacterias y suciedad esto puede empeorar el acné.
- Utilizar Maquillaje para tapar el acné: El uso de maquillaje obstruye los poros, genera irritación adicional, el aumento de la proliferación bacteriana, la dificultad para una limpieza adecuada y la interferencia con el tratamiento.