Comercio minorista: ajustes a la gestión comercial
Por Willard Manrique, CEO del Grupo Crosland
En muchos países, el 2021 cerró reportando índices de inflación que no se vivían hace décadas. Según Bloomberg, Latinoamérica ha sido la zona donde más subieron los precios, con incrementos de 11,9%, incluso por encima de África. La proyección para la región, en este año, supera el 10%.
Recientemente, el FMI ha recortado proyecciones de crecimiento de EE.UU. y China. Las economías en desarrollo aún enfrentamos retos complejos: problemas de la cadena de suministros, escasez y elevados precios de contenedores, crisis energética global, escasez de chips, entre otros. Principalmente, se ha iniciado una cruzada mundial de lucha contra la inflación. Por lo que muchos bancos centrales vienen implementando políticas monetarias más estrictas, endureciendo aún más el acceso al financiamiento.
En 2021, Perú registró una inflación de 6.4%, la más alta en últimos trece años. ¿Cómo afectó esto al consumo? Según el INEI, en el pasado octubre, el comercio minorista, experimentó un crecimiento del 2.39%; principalmente impulsado por las grandes cadenas de supermercados y tiendas por departamento, pese a que los precios aumentaron un 6.43%. Por ejemplo, en Alimentos y Bebidas, el precio se incrementó un 7.97%, principalmente, debido a la subida de costos de sus materias primas.
Propio de la recuperación económica mundial y nacional, el peruano consumió más, a precios más caros. ¿Es sostenible esa conducta? Según el informe “Las 10 principales tendencias globales de consumo para 2022”, realizado por Euromonitor Internacional, este año habrá una preferencia marcada por soluciones alternativas a los productos de siempre; por ejemplo marcas más baratas que solucionen los mismos problemas. Ya en julio de 2021, Kantar reportó un crecimiento del 19% en la preferencia de marcas económicas por parte del consumidor peruano.
Euromonitor, también precisa que los adultos mayores que emplean dispositivos digitales están pasando de una postura de resistencia a una de confianza. Han incrementado su uso y se sienten más seguros. Se proyecta que la utilización de redes sociales e incluso el uso de videojuegos en línea crecerá. Esto avizora una oportunidad para la generación de nuevas modalidades de oferta y pago a los minoritas.
El comercio minorista continuará ajustando su oferta de productos y servicios en función a la capacidad de compra de los consumidores, las subidas de precios y el menor acceso crediticio. Ello implica la redefinición de portafolios de productos (formatos y tamaños), también afectada por los cambios en el comportamiento de los clientes. Asimismo, resultará clave la gestión de inventarios y la búsqueda de eficiencias operativas (ahorros en costos y gastos).
