El costo metabólico de las fiestas de fin de año y su impacto en la salud

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Lima, diciembre de 2025.- Las celebraciones de fin de año suelen asociarse con reuniones familiares, mesas abundantes y una sensación colectiva de permiso para excederse. Sin embargo, la evidencia científica muestra que este periodo, aunque breve, puede dejar una huella metabólica más profunda y duradera de lo que se cree, especialmente en un contexto regional donde la obesidad y el sobrepeso continúan en aumento.

Diversos estudios coinciden en que las fiestas de fin de año representan un punto crítico en la ganancia de peso anual. Un análisis sistemático publicado en Nutrients en 2023, que revisó diez investigaciones con más de 4.600 participantes, concluyó que el aumento promedio de peso durante este periodo oscila entre 0,4 y 0,9 kilogramos. Aunque la cifra pueda parecer marginal, los investigadores advierten que gran parte de ese incremento no se revierte en los meses posteriores, contribuyendo silenciosamente al aumento progresivo de peso año tras año.

Esta tendencia fue reforzada por un estudio prospectivo más reciente, publicado en Journal of Clinical Medicine en 2025, que evaluó peso y composición corporal antes y después de las vacaciones. Los resultados mostraron un aumento promedio de 1,15 kilogramos, acompañado de un incremento significativo de la grasa visceral, el tipo de tejido adiposo más asociado a riesgos cardiometabólicos como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

No todas las personas responden igual: el rol de los fenotipos de obesidad

Uno de los hallazgos más relevantes en la investigación actual es que no todas las personas reaccionan de la misma manera ante los excesos alimentarios. Un estudio de Acosta y colaboradores, publicado en Obesity Journal en 2021, identificó cuatro fenotipos de obesidad que ayudan a explicar por qué ciertos estímulos afectan más a unas personas que a otras, especialmente en contextos festivos.

El primero es el denominado cerebro hambriento, que describe a personas que necesitan consumir muchas más calorías para alcanzar la sensación de saciedad. Según el estudio, este grupo llegó a ingerir hasta 62 % más calorías antes de sentirse satisfecho, lo que los vuelve particularmente vulnerables cuando la oferta de comida es constante y abundante.

El segundo fenotipo corresponde al hambre emocional, característico de quienes comen en respuesta a emociones o como mecanismo de recompensa. Estas personas presentan hasta 2,8 veces más síntomas de ansiedad, por lo que las celebraciones, cargadas de estímulos emocionales, pueden amplificar de manera significativa su ingesta calórica.

En tercer lugar se encuentra el intestino hambriento, un patrón marcado por un vaciamiento gástrico hasta 31 % más rápido. Esto provoca que la sensación de hambre reaparezca poco tiempo después de comer, un fenómeno que se intensifica en escenarios de picoteo frecuente y comidas fragmentadas, típicos de las reuniones festivas.

Finalmente, el fenotipo de combustión lenta describe a personas con un gasto energético en reposo aproximadamente 12 % menor, menor masa muscular y niveles reducidos de actividad física. Durante periodos de mayor sedentarismo, como las fiestas de fin de año, este grupo tiende a acumular peso con mayor facilidad.

Estrategias para enfrentar el alto consumo calórico

Frente a este escenario, los especialistas coinciden en que una de las estrategias más efectivas para mitigar el impacto metabólico de las celebraciones es prestar atención a las calorías ocultas, que pueden representar hasta un tercio de las calorías adicionales consumidas en estas fechas.

“Muchas de las calorías que consumimos no vienen del plato, sino del vaso. Las bebidas alcohólicas y azucaradas pueden sumar cientos de calorías sin que la persona lo note”, explica Rafael Martínez, Director Médico de Adium Perú. Según el especialista, optar por bebidas con bajo contenido de alcohol, preparaciones sin azúcar añadida e hidratarse antes de comer son medidas simples que han demostrado reducir la ingesta total en contextos festivos.

La evidencia respalda estas recomendaciones. Diversos estudios señalan que el alcohol no solo aporta calorías vacías, sino que también altera la regulación cerebral y hormonal del apetito, favoreciendo una mayor ingesta de alimentos y disminuyendo la percepción de saciedad.

Por ello, en el contexto de las fiestas —y más aún en América Latina, donde la prevalencia de obesidad sigue creciendo— resulta clave promover un enfoque médico y basado en evidencia para abordar la obesidad y el sobrepeso. Lejos del juicio moral, los especialistas subrayan la importancia de reconocer la pérdida de peso como un problema de salud real, que requiere acompañamiento profesional y acceso a tratamientos seguros y efectivos.

Desde Adium, esta mirada se impulsa a través de la campaña Hablar te quita un peso de encima, que busca abrir conversaciones honestas sobre los riesgos de la obesidad y la relevancia de la salud metabólica. La evidencia científica, destacan, debe ser el primer paso para tomar decisiones informadas y cuidar la salud más allá de la temporada festiva.

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