Lima, diciembre de 2025.- Las celebraciones de fin de año en Perú transforman las calles con música, luces y fuegos artificiales que se extienden desde la tarde del 24 de diciembre hasta las primeras horas del 1 de enero. Mientras para muchas familias estas fechas representan alegría y reencuentro, para miles de perros y gatos pueden convertirse en jornadas de alto estrés, miedo intenso y riesgos asociados a ruidos fuertes y alimentos inadecuados presentes en la mesa.
Los sonidos explosivos de los cohetes pueden generar ansiedad, aturdimiento e incluso episodios de pánico en las mascotas, mientras que la ingesta accidental de ciertos alimentos típicos de estas fechas representa un peligro para su salud. Ante este escenario, MSD Animal Health en Perú, líder en soluciones innovadoras para la salud animal, promueve celebraciones responsables que incluyan el bienestar de todos los miembros del hogar, incluidos los animales de compañía.
“Con anticipación y pequeños ajustes, las noches del 24 y del 31 pueden ser tranquilas también para tu perro o gato. Evitar sustos y situaciones de riesgo es una forma clara de demostrarles cuidado y amor”, explica Silvia Panta, Representante Técnica de Animales de Compañía en MSD Animal Health en Perú. Bajo ese enfoque, la especialista comparte una serie de recomendaciones prácticas para reducir el impacto de las fiestas en las mascotas y garantizar su seguridad.
Crear una zona segura dentro del hogar es el primer paso. Se recomienda habilitar un espacio tranquilo donde la mascota se sienta protegida, colocando su cama, una prenda con el olor de su tutor y una iluminación tenue. La música suave o el televisor a volumen medio ayudan a amortiguar los ruidos externos. Además, cerrar ventanas y utilizar cortinas gruesas reduce el impacto de los destellos y las explosiones. Este entorno controlado puede disminuir notablemente los temblores y la ansiedad, permitiendo que muchas mascotas descansen durante la noche sin percibir los estallidos.
Otra alternativa efectiva es usar un chaleco o camiseta antiansiedad, idealmente desde varios días antes de las fechas centrales. Estos accesorios ejercen una presión suave y constante sobre el cuerpo del animal, generando una sensación similar a un abrazo que contribuye a bajar los niveles de estrés. Es importante que la mascota se acostumbre previamente al uso de la prenda para maximizar su efectividad, especialmente en casos de fobia severa a los ruidos fuertes.
El ejercicio previo también cumple un rol clave. Realizar un paseo largo y activo durante la tarde del 24 y del 31, preferentemente entre las 3 y 5 p. m., ayuda a que el perro llegue a casa físicamente cansado y con mayor predisposición al descanso. El ejercicio contribuye a liberar energía acumulada y reduce la ansiedad. Complementar la caminata con juegos de olfato antes de ingresar al hogar puede potenciar este efecto. Un animal con suficiente estimulación física y mental tiene mayores probabilidades de atravesar la noche de forma tranquila.
Durante la cena, es fundamental ofrecer premios seguros y atractivos, evitando que la mascota se acerque a la mesa. Opciones como trozos de pavo cocido sin piel ni sal, zanahoria cocida, manzana sin semillas o snacks dentales específicos ayudan a mantenerla ocupada y satisfecha. Esta práctica reduce la tentación de ingerir alimentos tóxicos para perros y gatos, como chocolates, cebolla, uvas o comidas altamente condimentadas, previniendo emergencias veterinarias durante las fiestas.
Finalmente, los especialistas recomiendan mantener la rutina y la calma. Las mascotas son altamente sensibles al estado emocional de sus tutores. Hablarles con normalidad, evitar reforzar el miedo con exceso de atención y no castigarlas por comportamientos derivados del estrés son acciones clave. En casos de ansiedad extrema o antecedentes de reacciones severas, es aconsejable consultar previamente con un médico veterinario para evaluar opciones adicionales de manejo.
Las fiestas de fin de año pueden ser una experiencia positiva también para los animales de compañía si se toman medidas preventivas y se actúa con responsabilidad. Con planificación, información y empatía, es posible reducir el impacto del ruido y los riesgos alimentarios, garantizando que perros y gatos atraviesen estas fechas con mayor tranquilidad y seguridad.
