Salud

Obesidad infantil: amenaza silenciosa que aumenta el riesgo de cáncer en la adultez

Lima, agosto de 2025.- La obesidad infantil avanza silenciosamente en el Perú. Según el Ministerio de Salud, el 8,6% de los menores de 5 años y el 38,4% de los niños y adolescentes entre 6 y 13 años presentan exceso de peso. No son solo cifras: reflejan una realidad en la que la comida ultraprocesada desplaza a la nutritiva y el juego activo cede terreno a las pantallas, abriendo la puerta a enfermedades prevenibles como la diabetes, patologías cardiovasculares y distintos tipos de cáncer.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advierte que un niño obeso tiene mayores probabilidades de padecer cáncer en la edad adulta. El sobrepeso y la obesidad generan un estado de inflamación crónica, así como niveles elevados de insulina, del factor de crecimiento insulínico y de hormonas sexuales, factores que favorecen la aparición de neoplasias malignas.

En ese sentido, el Dr. Yan Carlos Vargas Caycho, radiooncólogo y director de Oncodrip, insta a los padres de niños de entre 0 y 4 años a cumplir con los controles de Crecimiento y Desarrollo (CRED) y a llevar a los mayores de 5 años a consultas preventivas anuales. Estas visitas permiten identificar tempranamente factores de riesgo y recibir orientación nutricional para mantener una alimentación balanceada y un peso saludable.

Estilo de vida sano desde la infancia

Los niños aprenden con el ejemplo. Por ello, es fundamental que los padres fomenten hábitos saludables desde los primeros años de vida, lo que incluye una dieta balanceada, actividad física regular y un uso moderado de dispositivos electrónicos.

Recomendaciones clave:

  1. Alimentación equilibrada: incluir verduras, frutas y hortalizas ricas en vitaminas, minerales y fibra. Reducir al mínimo los alimentos ultraprocesados, altos en azúcares y grasas saturadas. No saltarse el desayuno y evitar bebidas azucaradas, optando por agua o preparaciones naturales.
  2. Actividad física: al menos una hora diaria de ejercicio o 30 minutos de actividad moderada a vigorosa. Realizar actividades en familia, como caminar, montar bicicleta, bailar o practicar algún deporte, ayuda a motivar a los niños.
  3. Educación nutricional: explicar a los menores la importancia de comer verduras y limitar el consumo de azúcar. La educación temprana favorece mejores decisiones alimenticias en la adolescencia y adultez.
  4. No usar la comida como recompensa: esta práctica puede generar una relación poco saludable con los alimentos. Es mejor reforzar conductas positivas con elogios, tiempo de calidad o actividades recreativas.
  5. Asistencia a controles médicos: las evaluaciones pediátricas permiten identificar el sobrepeso y otros factores de riesgo de forma precoz, aplicando medidas correctivas para recuperar un peso saludable.

En el marco del Día del Niño, el Dr. Vargas Caycho subraya que la obesidad infantil tiene consecuencias potencialmente graves a mediano y largo plazo. “Atrás quedó la idea de que un niño rollizo es sinónimo de buena nutrición. Hoy sabemos que el verdadero bienestar se construye con una alimentación balanceada y actividad física regular”, afirma.