Salud

Deuda de EsSalud supera los S/70 millones y pone en riesgo tratamientos críticos

La crisis financiera de EsSalud vuelve a encender las alarmas. Una deuda acumulada que supera los S/70 millones con laboratorios, proveedores de dispositivos médicos y distribuidores amenaza con interrumpir tratamientos vitales para miles de pacientes, especialmente aquellos con enfermedades graves o crónicas.

Según fuentes del Congreso, la Comisión de Fiscalización ha recibido informes que evidencian un retraso en los pagos correspondientes a terapias para pacientes con cáncer, VIH, hemofilia, enfermedades raras y huérfanas, así como para quienes requieren cirugías programadas o de emergencia.

Karla Ruiz de Castilla, directora de la Asociación de Pacientes ESPERANTRA, advirtió sobre el impacto directo de esta situación:
“Estamos frente a un problema de gestión con consecuencias en vidas humanas. La interrupción de tratamientos oncológicos o antirretrovirales puede generar retrocesos clínicos irreversibles.”

Además, Ruiz de Castilla alertó que la falta de pagos no solo afecta la cadena de suministros, sino que también erosiona la confianza de los proveedores, lo cual puede limitar la entrada de tecnologías médicas innovadoras al país. “Estas prácticas encarecen el sistema, ya que los proveedores deben asumir costos financieros adicionales ante la incertidumbre”, agregó.

Fuentes parlamentarias han confirmado que la Comisión de Fiscalización solicitará a EsSalud un informe detallado sobre la deuda, junto a un cronograma específico de pagos. La preocupación es evitar una repetición de escenarios anteriores, donde crisis administrativas derivaron en compras de emergencia con sobrecostos significativos.

Carlos Morán, especialista en Compras Públicas, afirmó:
“Es fundamental que EsSalud asuma un compromiso claro para resolver esta deuda. No podemos permitir que se afecte a quienes dependen de tratamientos vitales.”

Hasta el momento, EsSalud no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la situación. Mientras tanto, miles de pacientes y familiares viven con incertidumbre sobre la continuidad de sus tratamientos en las próximas semanas.

La solución urgente de esta deuda no solo es una cuestión financiera, sino un tema de salud pública y respeto a los derechos de los pacientes más vulnerables del país.