Lima, diciembre de 2025.- El inicio del 2026 encuentra a las empresas peruanas actuando con cautela estratégica al momento de definir sus planes de contratación. En un contexto marcado por la incertidumbre económica y política, la prioridad de los empleadores no está puesta únicamente en aumentar su dotación de personal, sino en optimizar procesos, redefinir perfiles laborales y asegurar que sus equipos estén preparados para los cambios que trae el nuevo año. Así lo revela la Encuesta de Expectativas de Empleo (MEOS) Q1 2026 de ManpowerGroup.
El estudio, realizado a 525 empresas a nivel nacional, muestra que la mayoría de empleadores enfocará sus decisiones del primer trimestre del 2026 en consolidar operaciones internas, revisar estructuras organizacionales y ajustar funciones clave. Este enfoque responde a un entorno que exige mayor eficiencia operativa, adaptación constante al mercado y una lectura más cuidadosa de la demanda futura.
Prudencia empresarial ante la incertidumbre
El contexto económico sigue siendo uno de los principales factores que condicionan la toma de decisiones. Entre las empresas que aún no definen cómo evolucionará su dotación de personal, la incertidumbre en la demanda de los clientes lidera las preocupaciones con un 26%, seguida por la posible aparición de nuevas regulaciones (18%) y las dudas sobre la evolución de la economía (16%).
Sin embargo, este escenario no implica un freno total al empleo. Por el contrario, los resultados de la encuesta evidencian que las organizaciones mantienen una mirada de mediano plazo, apostando por la adaptación, la capacitación y la redefinición de roles como ejes centrales para enfrentar el 2026. La cautela, en este caso, se traduce en decisiones más estratégicas y menos reactivas.
“Las organizaciones están iniciando el 2026 con una mirada estratégica. Hoy no se trata solo de crecer en número, sino de contar con el talento adecuado para un entorno más tecnológico, cambiante y competitivo. Las compañías buscan mayor eficiencia, estructuras más ágiles y equipos con capacidades alineadas a los desafíos digitales”, señaló Daniel Galdos, director comercial de ManpowerGroup Perú.
Automatización y ajustes organizacionales
La encuesta también revela que las empresas que planean reducir su personal lo harán principalmente para ajustarse a la demanda actual (54%), por procesos de reorganización o downsizing (47%) o debido a cambios en el mercado que han reducido la demanda de ciertos puestos (47%). Estos ajustes no responden únicamente a recortes, sino a una transformación estructural del empleo, impulsada por la automatización y la búsqueda de mayor eficiencia.
En ese sentido, un 16% de los empleadores que reducirá personal lo hará con el objetivo de optimizar procesos y consolidar roles, mientras que un 12% indica que la automatización ha disminuido la necesidad de algunas posiciones. Estos datos confirman que la tecnología no solo redefine la forma de trabajar, sino también la estructura misma de las organizaciones.
Escasez de talento y brechas de habilidades
Más allá de las decisiones de contratación o reducción de personal, el estudio pone en evidencia un desafío persistente: la escasez de talento. Un 49% de los empleadores señala tener cierta dificultad para encontrar o reemplazar talento, mientras que un 14% afirma enfrentar mucha dificultad. Solo un 32% indica no tener problemas para cubrir los perfiles que necesita.
Las mayores brechas se concentran en habilidades comerciales y de atención al cliente. Un 24% de las empresas tiene dificultades para cubrir puestos de ventas y marketing, y un 21% enfrenta retos en roles de atención directa al cliente. A ello se suman perfiles administrativos (19%), operativos y logísticos (19%) y de producción (18%).
En paralelo, las competencias tecnológicas continúan ganando protagonismo. Un 16% de los empleadores reporta dificultades para encontrar especialistas en desarrollo de modelos y aplicaciones de inteligencia artificial, mientras que un 13% señala escasez de talento con alfabetización en IA. Este escenario refuerza la necesidad de combinar habilidades técnicas con capacidades humanas.
En cuanto a habilidades blandas, el 39% de las empresas considera clave la comunicación, colaboración y trabajo en equipo, seguido por la adaptabilidad y disposición para aprender (30%), el liderazgo (21%) y el pensamiento crítico y resolución de problemas (20%). El perfil más demandado, así, integra conocimientos técnicos con competencias humanas.
¿Cómo están respondiendo las empresas?
Ante este panorama, las organizaciones están ajustando sus estrategias de gestión del talento. Un 23% apuesta por capacitar y recalificar a sus colaboradores actuales, un 22% ofrece mayor flexibilidad de horarios, y un 21% amplía las opciones de trabajo híbrido o remoto. Estas medidas reflejan un cambio en la forma de competir por talento, donde la experiencia laboral, el desarrollo profesional y la adaptabilidad organizacional cobran un rol cada vez más relevante.
De cara al 2026, las decisiones de contratación estarán marcadas menos por la urgencia y más por la estrategia, con empresas que buscan prepararse para un entorno laboral más tecnológico, exigente y competitivo.