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Deuda pública: El panorama sobre Latinoamérica

El impacto económico del COVID-19 en Latinoamérica ha sido especialmente duro, es lógico que algunas economías se afectaran más que otras, pero en cualquier caso ha sido negativo para el crecimiento de los países. El impacto financiero llevó, en general, al aumento del gasto público para hacer frente a las necesidades y costos extraordinarios derivados de la crisis sanitaria que han debido ser financiados con deuda. Por tanto, el gran incremento experimentado durante el último año ralentizará la recuperación económica y tendrá efectos a largo plazo.

En LATAM, la deuda pública, al igual que en el resto del mundo, se aumentó por el déficit fiscal de los países que -necesariamente- se han debido financiar con mayores niveles de endeudamiento. Mientras que, en el año 2019, la deuda pública representaba el 68,9% del PIB de la región, al cierre del año 2020, ha alcanzado niveles del 79,3%, es decir, más de 10 puntos porcentuales, de acuerdo con las estimaciones del FMI.

“Si se compara con el aumento de las economías avanzadas del mundo, hay una diferencia en la magnitud, ya que, en estas, el aumento ha sido de 20 puntos porcentuales superando niveles del 124% del PIB. Sin embargo, las economías de LATAM no tienen su fortaleza, por lo que el efecto puede ser mucho peor. Según el FMI, la caída del PIB en LATAM ha sido superior al billón de dólares, quedando en 4,2 billones en 2020 por lo que el aumento de la deuda pública se sitúa alrededor de los 200.000 millones de dólares, una cantidad importante porque aumenta la deuda per-cápita de los latinoamericanos y sitúa el stock de deuda en valores superiores a los 3,3 billones de dólares”, informó Juan Carlos Higueras, Analista Económico y Profesor de EAE Business School.

Distribución deuda por países

Higueras explicó que la distribución de la deuda pública por países no es homogénea, ya que hay algunos con niveles elevados (más del 70% del PIB), otros con niveles moderados (50 – 70%) y los que están en la categoría de más bajos (menos del 40%). En cualquier caso, existe una coincidencia en el aumento de la deuda en todos ellos por consecuencia de la pandemia.

Si se analiza por zonas, Sudamérica es la más afectada, ya que su nivel de endeudamiento público ha pasado del 70% del PIB en 2019 a más del 85% en 2020, un incremento bastante significativo teniendo en cuenta la caída del PIB que ha sido elevada, por tanto, no significa que en términos absolutos el aumento de los niveles de deuda haya sido de la misma proporción. De igual manera, es una zona donde se encuentran algunas de las economías con mayores problemas, de modo que en esta región del sur de LATAM es donde más se concentra la deuda pública al llegar a los 2,3 billones de dólares, representando el 72% del total de deuda pública de LATAM.

“Si entramos en el detalle por país, los que mayor nivel de deuda pública han alcanzado son Brasil superando el 100% de su PIB, ya que allí se incrementó en 18% durante el año 2020 y equivale a 140.000 millones de dólares más, hasta situarse en 930.000 millones de dólares, una muestra del fuerte auge del gasto público que ha necesitado para mitigar el impacto de la pandemia además del lógico retraso en las medidas de reforma de la economía. A continuación, se encuentra Argentina, con niveles cercanos al 97% del valor de su producción de bienes y servicios, con un incremento de 4% en el año, hasta alcanzar los 336.000 millones de dólares, si bien este pobre aumento se debe a la renegociación de la deuda en el mes de septiembre que ha conllevado a una importante quita”, informó el docente de EAE.

Después están los países que mantienen niveles medios de endeudamiento, que no superan el 70% como es el caso de Colombia (61,4%), Ecuador (65,3%) y México (52,4%), todos ellos tenían niveles ligeramente superiores al 50% antes de la pandemia. En el caso de Ecuador, la deuda ha alcanzado cerca de los 63.200 millones de dólares lo que supone un aumento de casi 6.000 millones frente a 2019 y 12 puntos porcentuales. En el caso de México, el incremento anual ha sido de 7,3 puntos si bien hay que destacar el elevado gasto en intereses que ha representado el 3% de su PIB.

En el caso de Colombia, cabe una mención especial, ya que el FMI había estimado una deuda del 68,2% del PIB y -finalmente- ha sido inferior hasta alcanzar los 180.507 millones de dólares, que equivale a un incremento de casi 13 puntos respecto de 2019, es decir, cerca de 28.000 millones más, lo que muestra un gran impacto de la pandemia.

Por último, nos encontramos con el grupo de países que mantiene, a pesar de la crisis económica, niveles de endeudamiento más bajos como es el caso de Chile (32,8% del PIB) y Perú (39,5%) si bien este último país ha experimentado un gran incremento en 2020 de sólo 2,600 millones de dólares respecto del año anterior.

Hay que resaltar que el fuerte aumento en la deuda respecto del PIB viene condicionado tanto por el incremento del stock de deuda como por la significativa caída del PIB en las economías.

Manejo en el 2021 y mitigación

El año 2021 todavía muestra signos de incertidumbre en cuanto al momento de la recuperación, pues los nuevos picos de la pandemia siguen haciendo efecto, los cuales se seguirán presentando mientras no se alcance la inmunidad de rebaño calculado con el 70% de la población vacunada.

Una vez reestablecida la nueva normalidad, la mejor forma de mitigar la deuda es a partir del crecimiento económico y la estabilización fiscal, lo que permitiría atraer inversiones y generar empleo sin dilapidar el dinero público en gastos ideológicos e improductivos. Por tanto, hay que utilizar el dinero público de forma inteligente.

“Como una parte de la deuda de LATAM está en manos extranjeras y referenciadas en dólares, además en divisas como el euro o el yuan, también es importante estimular políticas monetarias y comerciales que eviten la devaluación de la moneda local. Otro aspecto es la diversificación de las fuentes de financiación y la ampliación del vencimiento en las nuevas emisiones porque permitirá reducir los riesgos de financiación. De igual forma, hay que intentar mantener durante este año la estabilidad de las principales variables y dar credibilidad a las políticas económicas para generar confianza”,concluyó el docente de EAE.