Dunia Felices, la paratleta que no tiene límites y busca empoderar a todas las personas con discapacidad
Dunia Felices, la nadadora que busca un boleto para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021, volverá a entrenar en una piscina después de 5 meses y sus pensamientos son puro optimismo, reflexión por los tiempos duros que vivimos y muchos objetivos personales, como el de crear una fundación para que “las personas con discapacidad se empoderen y practiquen cualquier deporte”.
Y es que Dunia tiene la felicidad de su parte, pues este mes volverá a entrenar en la Videna, situación que facilita su preparación diaria. “No pierdo las esperanzas de clasificar a Tokio 2021; estoy con muchas chances en 50 metros mariposa, quiero enfocarme en entrenar con mucha energía día a día. No tengo límites”, cuenta.
Dunia es una de las más destacadas deportistas de la Asociación Nacional Paralímpica del Perú apoyada por Pluspetrol. “Es bonito que la gente te llame y te digan que los inspiras, porque creo que les ayudo en algo”, dice la paratleta, sonriendo, superando los problemas que le generó una vasculitis sistemática a los 15 años, padecimiento que terminó con la amputación de sus pies y manos.
La pandemia le permitió conocerse más: ahora entrena en la bicicleta estática, por ejemplo, y hace diversidad de entrenamientos para fortalecer todos los músculos de su cuerpo. La meta deportiva de Dunia es lograr la marca de 56 segundos con 88 décimas en 50 metros de estilo mariposa que necesita para tener más opciones a los Juegos Paralímpicos. Hasta el momento, su registro es de 59 segundos.
Dunia, como medallista en los últimos Juegos Parapanamericanos Lima 2019, persiste en su motivación, la buena alimentación y la concentración. Y ahora recuerda a todos los peruanos que unidos, responsables y solidarios superaremos esta pandemia, con la energía de todos.
Pese a la pandemia del coronavirus, ella reflexiona en dos puntos primordiales para salir adelante: ser creativos para afrontar los tiempos difíciles y vencer el miedo. “No debemos tener miedo, no es malo tenerlo. No vivimos de él”,concluye.