Conoce cómo prevenir los trastornos del sueño
Los trastornos del sueño son cada vez más frecuentes en la población, sin embargo, son pocas las personas que buscan ayuda profesional. El sueño es un proceso importante para la funcionalidad de cada ser humano, ya que permite el descanso de la mente y el cuerpo, facilitando la recuperación de energías para el día siguiente. Sin embargo, este puede verse alterado por diversos factores asociados a ciertas rutinas diarias como la ingesta de cafeína, alcohol, sedentarismo y enfermedades como la diabetes, trastornos cardiovasculares, respiratorios, mentales y neurológicos, entre otros.
Al respecto, Alex Gonzales Asencio, coordinador académico de Psicología de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), afirma: “No dormir bien tiene implicancias en la actividad diaria de cada persona. Los primeros signos son el cansancio, dificultad para mantener los ojos abiertos y menor capacidad en el tiempo de reacción. Luego de dos o más noches de sueño breve se presenta somnolencia, irritabilidad, depresión y estrés. Además, hay relación entre la privación del sueño y problemas como la obesidad, hipertensión, trastornos del ánimo y aumento de la mortalidad”.
El especialista de la UTP explica que se han identificado más de cien trastornos del sueño. Sin embargo, los más frecuentes son el insomnio: que se caracteriza por la dificultad para dormir, generando largos periodos de vigilia en la persona y la apnea del sueño: que es un trastorno asociado a una respiración anormal (se detiene o pierde profundidad). El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño donde se bloquean las vías respiratorias debido al sobrepeso o vías respiratorias pequeñas.
El buen dormir es una práctica que requiere mantener patrones saludables, a ello se le denomina higiene del sueño. Algunas recomendaciones para contribuir a ella son:
Levantarse y acostarse a la misma hora. Los hábitos de sueño permiten tener una menor tasa de problemas asociados al mismo. Por lo tanto, el mantener un horario constante permitirá la correcta sincronización de los ciclos de sueño y vigilia.
Controlar el horario del consumo de alimentos y bebidas. Se recomienda evitar la ingesta de los mismos, por lo menos dos horas antes de acostarse o realizarlo en cantidades pequeñas. Por ejemplo, a mayor líquido, podría aumentar la necesidad de despertar para utilizar el baño. Del mismo modo, algunos alimentos que contengan cafeína o causen acidez interrumpirán el sueño.
Realizar actividad física. Los estudios en este campo son amplios y hoy se sabe que el ejercicio es fundamental en una vida saludable. Realizarlo contribuye a reducir el tiempo necesario para conciliar el sueño. Es importante aplicar la misma pauta de las horas, por lo que se debe evitar realizar ejercicio antes de acostarse, ya que el efecto será contrario a lo esperado y la persona estará más activa.
Revisar o mejorar el entorno. El espacio ideal para dormir tiene que cumplir tres características: ser silencioso, oscuro y fresco (según la estación). Además, se debe evitar dormir con la televisión o el teléfono encendido, debido a que, a mayores estímulos en el entorno, la capacidad para dormir es menor.
“Dormir es un proceso sumamente importante, una noche de buen sueño nos permitirá sentirnos renovados y con nuevas energías. Para algunas personas llega fácilmente, mientras que para otras puede convertirse en una mala experiencia, afectando diferentes aspectos de su vida. Si los problemas de sueño son persistentes, es necesario acudir a un especialista, quién podrá determinar el mejor tratamiento”, concluye Alex Gonzales.