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Sobre la aprobación del Plan Nacional de Emergencia del Sistema Educativo Peruano

Desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia – UNICEF saludamos la aprobación del Plan Nacional de Emergencia del Sistema Educativo Peruano que define, como primera medida para recuperar y consolidar aprendizajes, asegurar las condiciones para el retorno seguro y urgente de las y los estudiantes a la semi presencialidad y presencialidad.  Sin embargo, vemos con preocupación las metas y plazos señalados.

Consideramos que no hay tiempo que perder, y que, bajo el liderazgo del MINEDU, la comunidad educativa en su conjunto puede concretar durante el 2021 el retorno de las y los escolares de la totalidad de las escuelas habilitadas, y apoyar los planes de las que todavía no lo están para cuando llegue su momento.

Reconocemos el notable esfuerzo que está realizando Perú por acelerar y garantizar la vacunación contra la COVID-19. Por ello, invocamos a todos los maestros y maestras, así como a madres y padres de familia a vacunarse tan pronto como sea posible. Valoramos la decisión política de vacunar a todos los docentes y personal educativo a la brevedad , la misma que contribuye a acelerar mucho más la reapertura de todas las escuelas y servicios educativos

Compartimos la preocupación del Estado y la población por los efectos de la pandemia, sin embargo, confiamos en la probada experiencia internacional y nacional que demuestran que las escuelas no son focos de contagio, y que, siguiendo los protocolos ya establecidos, la escolaridad puede retomarse y continuar.

Los 18 meses de pandemia les ha quitado a miles de niñas, niños y adolescentes a seres queridos, momentos para jugar, compartir con sus amigos y posibilidades de aprendizaje pleno. No permitamos, que también le arrebate su derecho a una escuela que además de formarles se constituya como un espacio protector y de desarrollo de sus emociones.

UNICEF hace un llamado al Estado peruano, a la comunidad educativa, a la empresa privada y a la cooperación internacional para que unamos esfuerzos para conseguir que la mayoría de las escuelas puedan abrirse en condiciones seguras antes de fin de año, y que en marzo del 2022, para el siguiente año escolar todas las escuelas estén preparadas y organizadas para retomar el servicio educativo, lo cual permitirá consolidar y reforzar aprendizajes de todos, como plantea el Plan Nacional de Emergencia Educativa. Solo garantizando la reapertura universal de escuelas públicas y privadas lograremos que ningún niño, niña o adolescente se quede atrás.

El retorno a clases semipresenciales o presenciales no puede ser un privilegio de algunos; es un derecho de todos, sobre todo de aquellos que han tenido mayores dificultades y barreras desde que se cerraron presencialmente las escuelas. El derecho a la educación no puede esperar.