Los retos que ha dejado la pandemia para el sector inmobiliario
Todas las industrias están analizando las dinámicas que se han desprendido desde que comenzó la pandemia. Un año después del inicio de la crisis sanitaria, se presenta el momento preciso para sacar conclusiones acertadas para tomar decisiones estratégicas que permitan a las organizaciones seguir navegando por las “aguas” de la incertidumbre, pero con contextos concretos.
Juan Manuel Chávez, Escritor y Colaborador de OBS Business School, se refirió a los cambios en el sector inmobiliario. Para él, el impacto en Latinoamérica se relaciona -en gran medida- directamente con la migración que hay de las zonas rurales a las grandes ciudades.
“América es el continente con mayor número de población urbana del mundo; es la región, en contraste con otras, donde más se agudizaron las migraciones desde las áreas rurales y el abandono del campo. En tal sentido, la convivencia en situaciones de férreo confinamiento por la pandemia, en las inmensas capitales y sus grandes ciudades, llegó a ser asfixiante de puertas adentro”, explicó Chávez.
Y es que, en las medianas y grandes urbes, el impacto de la pandemia en el sector inmobiliario se evidenció de manera clara con la suspensión de múltiples proyectos de construcción. No obstante, este detenimiento llevó a que los consumidores colocaran su atención en otras ofertas, que no necesariamente incluían el hecho de comprar vivienda nueva. Estas viviendas, que a veces requieren reformas para su habitabilidad, también comienzan a reformar algunos comportamientos con el hecho de ocupar mayores parcelas del mercado.
Para el colaborador de OBS, la pandemia hizo evidente la brecha de desigualdad que azota al continente, ya que mientras están quienes no podían afrontar el pago de su hipoteca o reunir a fin de mes la cantidad para su alquiler, están los que acumularon inmuebles para nuevas residencias o con el objetivo de inversión.
En cuestión de tendencias y retos dentro del sector inmobiliario, el experto asegura que el panorama actual tiende a un relativo estancamiento, producto de una crisis sanitaria, que es imbrica desde lo económico a lo político, sumado a la incertidumbre que se ha instalado en la sociedad.
Por lo tanto, algunos de los retos en los que hay que trabajar de manera detenida, para movilizar de nuevo el sector son diversos. Primero, repensar el tamaño y distribución de las viviendas, al igual que su ubicación y plan urbanístico (con acceso a servicios básicos de alimentación, salud y recreación; incluso, fuera de los grandes de concentración poblacional).
Una mirada más enfocada
Desde la perspectiva inmobiliaria corporativa, el activo más afectado fue el de los centros comerciales. Las restricciones de movilidad decretadas por el Gobierno Nacional, alcaldías y autoridades, fueron un golpe bastante fuerte para el retail.
Sin embargo, el impacto negativo del inicio hizo que gerentes y empresarios se vieran en la necesidad de proponer nuevas alternativas para seguir llegando a sus clientes, esto enfocado al fortalecimiento digital -redes sociales- o la ceración de tiendas virtuales y nuevas estrategias de click and collect.
Es por esto que, como lo menciona Felipe Becerra, CFA. Director de Inteligencia de Mercados e Innovación de la firma inmobiliaria Colliers, “en este segmento se registró un crecimiento significativo en la vacancia de espacios e índices más altos de volatilidad en los precios de renta y venta en todas las ciudades monitoreadas”.
Becerra añadió que la renegociación de contratos para este tipo de activo se convirtió en un aliado fundamental para mantener las vacancias al margen, en especial, cuando se identifica que las condiciones pactadas inicialmente son diferentes a las que está ofreciendo el mercado.
En lo que tiene que ver con el sector industrial, el panorama no fue en su totalidad desolador. Por el contrario, el aumento del comercio electrónico a la hora de adquirir bienes de primera necesidad y tecnológicos, llevó a un nuevo ritmo de abastecimiento a nivel global.
Por su parte, los centros de distribución de los principales retailers vieron aumentar sus stocks y volumen de ventas, lo que les permitió adquirir, provisionalmente o de forma permanente, nuevos espacios de almacenamiento y distribución. Esta misma necesidad de generar eficiencias en la distribución al cliente final ha provocado que las empresas traten de acercarse más a las zonas urbanas a través de bodegas conocidas como última milla.
“En lo que respecta a la parte empresarial, enfocado a los espacios presenciales (oficinas), estos lugares se vieron altamente afectados en el inicio de la pandemia por las restricciones y la desconfianza que había en los colaboradores de las empresas, al estar en sus labores de manera presencial. Sin embargo, estos factores fueron el precedente para que se llevaran a cabo nuevos tipos de contratos, flexibilidad en el horario laboral o lugar desde donde se trabaja (remoto) y la nueva propuesta de oficinas al aire libre”, enfatizó Becerra.
Además, con el proceso de vacunación, se espera que haya un retorno gradual a la los espacios físicos, algo que, según un estudio realizado por Colliers International Colombia a un promedio de 4.000 personas en más de 25 países, casi la mitad de los encuestados quisieran trabajar entre tres y cuatro días en la oficina. Además, se evidenció que el 95% les gustaría seguir teniendo la oportunidad de realizar las actividades laborales desde la casa al menos una vez a la semana
Para aprovechar
Chávez explicó que cada vez se deposita una mayor confianza en las nuevas tecnologías, pues estas dan la oportunidad de acceder, como una experiencia preliminar y remota, a imágenes concretas, datos que van desde el metraje a la distribución y características específicas del bien.
Por su parte, Becerra indica que se debe destacar el poder firmar una escritura pública de forma virtual, hacer visitas virtuales a espacios potenciales de ocupación o usar los medios digitales para otorgar una mejor oferta de valor, son algunos de los avances que la industria permea en el corto plazo.