¿Cómo convertir el gasto hormiga en ahorro?
Los gastos hormiga son aquellos consumos pequeños de cosas que no son necesarias, pero que en suma llegan a tener efectos importantes sobre las finanzas personales o familiares. Gastos hormiga son, por ejemplo, comer seguido fuera de casa, comprar antojos o pagar por suscripciones que no se utilizan, etc.
De acuerdo con Crysthian Tapia, economista y coach financiero, el 80% de las familias gasta más de lo que gana. “El problema radica en que muchos de los gastos obedecen a caprichos que no forman parte del presupuesto central y esto crea desorden en las cuentas. Lo que no significa que debamos vivir limitados o sin darnos gustos, sino que hay que entender que hasta para gastar en ello es necesaria la planificación”, explica.
Y es que la planificación del presupuesto no es tarea difícil. Las familias se pueden organizar sumando los ingresos que generan al mes o semanalmente y anotar todos los gastos, empezando por los más importantes (alimentación, servicios, educación, transporte), que usualmente son gastos fijos, y seguir con los gastos variables. En esencia, para vivir tranquilos, los ingresos deben superar los gastos. Esto se logra, en definitiva, evitando consumos innecesarios como los gastos hormiga.
Entonces, ¿cómo llevamos el gasto hormiga al ahorro? Haciendo una estrategia. Usualmente el dinero que se tiene más disponible es el que se gasta con más facilidad, como cuando se paga con billete y se obtiene sencillo. Este dinero en vez de gastarlo, hay que destinarlo para el ahorro hasta hacerlo un hábito.
“En finanzas personales hay un concepto que es páguese a sí mismo primero. Cuando se comienza a confeccionar el presupuesto se empieza por destinar un porcentaje – aunque sea mínimo- para el ahorro. Ese es el primer paso para empezar a gastar menos pues la cantidad de dinero disponible se reduce y, por ende, se evita incurrir en más gastos”, comenta Tapia.
Asimismo, el especialista incide en que generar un hábito de ahorro es cuestión de disciplina. Las grandes fortunas nacen de los pequeños montos de dinero que poco a poco cobran sentido haciendo un fondo de ahorro. Sin embargo, los grandes desórdenes financieros nacen de los pequeños gastos que forman un hábito corriente en el día a día y se agravan cuando se paga con tarjetas de crédito a cuotas y con muchos intereses.
“Además del presupuesto y la planificación, siempre recomiendo aumentar los ingresos. Estamos en la época digital, de la innovación de la tecnología, en la que hay muchas formas de generar mayor posibilidad y múltiples fuentes de ingreso. Vale la pena revisar estas opciones y educarse en formación financiera para vivir más tranquilos”, finaliza el especialista.