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Proyecto vanguardista en San Isidro se rediseña en beneficio de sus usuarios ante la nueva realidad

Con la llegada de la pandemia, una nueva normalidad de trabajo se ha instaurado para quedarse. Siendo el trabajo mixto una nueva forma productiva, que ha originado un cambio en la oferta y la demanda de oficinas, haciendo los espacios colaborativos más flexibles y adaptados a las nuevas necesidades de los usuarios.

El bienestar en el espacio de trabajo ha trascendido más allá del término ergonomía, pues si bien la pandemia ha motivado a diversos sectores a afrontar grandes retos, también trajo consigo enormes oportunidades de implementar nuevos cambios en los espacios laborales de las organizaciones, en función de la comodidad colectiva y personal de sus trabajadores, a fin de enfocarse mucho más en el trabajo como un aspecto de mayor movilidad  y equilibrio entre la vida personal y profesional.

De acuerdo al balance del 2020 de Binswanger Perú, pese a que la mayoría de desocupaciones se dieron al culminar el contrato vigente de alquiler y otras empresas buscaron reducir su espacio de trabajo, la demanda mostró señales de recuperación a partir del tercer trimestre del año pasado, siendo el término “flexibilidad” clave para el cierre de nuevos contratos de alquiler, además de la necesidad de contar con servicios más integrales a fin de dinamizar el mercado durante los próximos meses.

En ese sentido, el proyecto Plaza República Torre II ha destinado parte importante de sus espacios prime a metrajes más reducidos, que van desde los 160 a los 250 m2, lo que brinda un servicio completo a los inquilinos, como tener espacios flex dentro del edificio que les permitirá emplear espacios temporales, un nuevo uso de las áreas comunes diseñadas para el uso colaborativo, creativo y eficiente de los trabajadores y que no se encuentran, necesariamente, dentro de las oficinas.

Yoryelina Moreno, gerente de portafolios de Binswanger Perú, sostuvo que hoy en día, “los cambios en el diseño espacial de este nuevo formato de oficinas en un edificio de Clase A, ubicado en el centro financiero de San Isidro, podrían ser permanentes, debido a la modalidad híbrida de trabajo que se ha derivado producto de la pandemia«, sin embargo, añadió que, «siempre dependerá de las necesidades organizacionales de las empresas, cuya adaptación podría tomar un tiempo aproximado de 2 a 3 años».

Por otro lado, contar con metrajes reducidos y flexibilidad en los contratos de arrendamiento en un edificio de clase A con oficinas prime es el valor diferencial que este proyecto insignia ofrece y cuya certificación LEED GOLD, centrada en valorar la sostenibilidad de un edificio teniendo en cuenta el impacto medioambiental del mismo durante todo su ciclo de vida útil, mejorará el uso de energías renovables y la calidad del ambiente interior, garantizando que Plaza República Torre II cumpla las exigencias de rendimiento ambiental y económico orientado hacia sus ocupantes.

En cuanto a la experiencia de usuario con relación a esta certificación internacional, el principal beneficio que prevalece en el edificio es el tema ahorrativo alineado a sistemas de iluminación con ahorro energético como las luces led o en el consumo de agua dentro del mismo, lo que transcenderá en el presupuesto total del coste de mantenimiento. De igual forma, la presencia de áreas verdes sumadas al diseño de nuevas áreas comunes, permitirá tener mayores espacios de esparcimiento traducido en calidad espacial que les permitirá a los clientes gozar de una mayor ‘libertad’ de acuerdo con las exigencias de la nueva dinámica laboral en el mercado actual.